Por su naturaleza priísta, por lo que representa su partido para México, por los últimos sucesos donde la democracia se vio manchada, el ahora Presidente Enrique Peña Nieto ha llegado al poder señalado de representar lo peor en política del pasado y presente, los vicios como lo son: la demagogia, el clientelismo y el totalitarismo hoy tienen de nueva cuenta un inquilino en la casa de Los Pinos.
Tras este primero de diciembre, Peña Nieto sabe perfectamente que llegó la hora de gobernar y con ello desmentir o corroborar todo lo que se ha dicho de él. Habrá tiempo de analizar sus decisiones y saber si es un dinosaurio, de la nueva camada y embellecido, sabremos si en realidad es ese personaje creado por las televisoras, el títere de los grupos de poder y sus intereses. Recordando la recientemente terminada FIL, habremos de saber si Peña Nieto es un ignorante y mucho más.
Hace una semana hablábamos del desastre que dejó Calderón en el país, el nulo cumplimiento de sus promesas, la escandalosa inseguridad, el hambre, el desempleo, la paupérrima economía por la que atraviesa el pueblo mexicano. Felipe Calderón entregó un México con marcado déficit en varios rubros y está claro, de cara al futuro, resulta complicado forjarse expectativas grandes y positivas.
En este sentido, dentro de unos años estaremos hablando de uno de los dos resultados probables; uno de ellos puede ser que lo poco o lo mucho que se haga para bien, habrá de representar un cambio positivo para México, sinceramente no se puede, corrijo, no se debería caer a un estado de vida y de administración pública peor que el que hemos atravesado, aunque, como segunda opción está ésa: Peña Nieto puede llegar a tomar decisiones que realmente terminen por comprometer a México, es duro, pero es probable.
En algunos sentidos las primeras señales del mandato incipiente de EPN, no son del todo malas, aunque en los primeros días, como siempre, es tan sólo un catálogo de buenas intenciones, incluso expresiones necesarias si es que busca legitimar su llegada a la Presidencia y hacer olvidar los problemas del pasado proceso electoral. Observemos que en la designación de algunos de sus colaboradores se trata de enviar un mensaje de estabilidad y control a nivel central. Peña Nieto en base a la experiencia de su Gabinete trata de llevar las cosas tranquilas. Atrás quedaron los aires frescos y vanguardistas del político joven, es mejor, según se observa, ir por la experiencia (maña) que caracteriza al PRI.
Aunado a esto en el mensaje de toma de posesión, hay ciertos elementos que, desafortunadamente siguiendo con la escuela de la clase política del pasado pueden parecer atractivos, pero observo en ellos retórica, intento de brindar contenido práctico, positivo y algún esbozo de promesas disfrazadas como propuestas.
Trata de establecer un distanciamiento hacia “la maestra” del SNTE situando a Emilio Chuayffet como titular de la SEP, de quien se sabe tiene diferencias con Elba Esther, esto a primera instancia es, o parece ser, el inicio de una cacería de brujas, sin embargo debemos recordar que es en los sindicatos, donde el PRI guarda una gran fuerza y seguro habrá algún as esperando surgir bajo la manga.
Surge en este mensaje inicial una idea interesante: la intención de abrir espacios para dos nuevas cadenas de televisión en México. Al parecer se reconoce la necesidad de generar mayor competencia en el sector de las telecomunicaciones, habrá que ver lo que dicen los emporios televisivos, que claro está, ayudaron en mucho a Peña Nieto para llegar.
Un tema especial será el asunto de la Seguridad, Peña Nieto ha marcado una distancia frente al sistema de Calderón, el combate al crimen organizado, dice, será de una manera distinta. Comentó: “el bien mayor y el bien último, es la vida humana. Por eso, el primer eje de mi Gobierno es lograr un México en paz. (…) Debemos cambiar de paradigma, entender que no habrá seguridad mientras no haya justicia”.
Una semana antes se hablaba de la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública Federal y la adjudicación de estas funciones a una Subsecretaría perteneciente a la Segob, centralizar el poder decíamos. En su idea, en su discurso Peña Nieto desaprueba lo hecho durante el sexenio anterior: “estoy convencido que el delito no sólo se combate con la fuerza”, comentó a la par que se comprometía a publicar la Ley General de Víctimas, misma que fue vetada por Calderón, con ello trata de dar un golpe de timón y generar un cambio radical y una línea de sus decisiones en esta materia.
No debemos olvidar que a Peña Nieto se le construyó una imagen de eficacia, veremos si es capaz de llevarlo a la práctica puesto que la campaña ya pasó. Me queda claro, como dicen los que saben: “prometer no empobrece, dar es lo que aniquila”. Peña Nieto recién comienza, resulta ocioso no brindarle el beneficio de la duda, sin embargo no podemos ser tan ilusos al creer que el país mejorará como por arte de magia. A nosotros no nos resta más que seguir trabajando y señalar de manera responsable lo que no nos parezca, pero también proponer.
Peña Nieto puede seguir prometiendo todo lo que guste, pero debe darse cuenta que su sexenio ya comenzó y a partir de ese momento: debe cumplir y si no que el pueblo se lo demande…




