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viernes, diciembre 5, 2025

El acoso moral, el maltrato psicológico en la vida cotidiana / Alegorías Cotidianas

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La semana pasada les comentaba que una lectura obligada, en cuestiones de aprender sobre violencia, era El acoso moral, el maltrato psicológico en la vida cotidiana, escrito por Marie-France Hirigoyen de editorial Paidós, una biografía de lo que vive la víctima en cuestión emocional y psicológica, así como opciones de terapia para la víctima y los acosadores.

Lo que me parece primordial es que cuando se sufre de acoso moral no es tan sencillo el identificarlo tanto en terapia como al experimentarlo, pues como sabiamente dice mi hermana: “lo cotidiano se hace invisible”, por lo que lo escuchamos, lo vemos y lo normalizamos, lamentablemente.

El acoso moral es el tipo de violencia que desarma emocionalmente a las personas y que se manifiesta de manera más continua en todos los ámbitos, son estos pequeños actos perversos que se convierten en grandes destructores de la seguridad y la confianza.

Los actos perversos son continuos ataques verbales, acompañados de gestos, que forman un conjunto de actos violentos directos, indirectos y latentes cuyo objetivo es someter a la víctima.

En palabras más comunes hablamos del bullying que pasa de molestar a una persona a someterla con constantes desacreditaciones y amenazas, etc.…

En un ámbito adulto el resultado de vivir un acoso moral y no tener apoyo de las instituciones y las familias tiene como trágico resultado la renuncia, la confusión, la duda, el estrés, el miedo y el aislamiento. ¿Recuerda esa frase que las personas renuncian no por el trabajo sino por los malos jefes? Pues quizá sea por el acoso moral.

Marie-France describe a la víctima como una persona que parece ser débil y, por tanto, sabemos las consecuencias en cuestiones sociales. Quien sufre el acoso moral se convierte en una persona molesta, que se queja de la situación y al ser percibida como débil entonces es culpable de la situación por falta de carácter, según quien recibe la queja, si lo tuviera no se presentarían las situaciones violentas.

La víctima pasa por una serie de cuestionamientos internos y duda, debido a lo que los demás le dicen más lo que ella cree así como el desarrollo de los hechos. El acoso moral no tiene nada que ver con el carácter de la víctima sino con la relación de hechos, los cuales al principio son imperceptibles y cuando ésta se da cuenta de la gravedad de la situación, está ya en conflicto. 

Lo que relata la autora en la primera parte de su libro es la biografía de la víctima, el cómo sin darse cuenta cae en la trampa del perverso y al pasar el tiempo debido, a las emociones y la confusión se asila, pues parecería que en realidad es su culpa pues continuamente se lo dicen o dan a entender los demás.

Ante los otros, los jefes, amigos y familia, la víctima no se defiende y no es capaz de poner un alto, sin preguntar cómo se siente por los constantes ataques violentos, la presión que ejercen sobre ella, las expectativas no cumplidas y la soledad por el aislamiento emocional o físico.

Quien ejerce el acoso moral son personas encantadoras quienes, bajo el perfil de ser agradables y buenas personas, encantan a los demás por lo que, si una víctima se queja de ella es difícil que le crean lo que vive a primera vista.

Los acosadores morales realizan para dominar a sus víctimas esos actos que se denominan perversos, por tanto, la violencia perversa, según Hirigoyen “aparece en momentos de crisis, cuando un individuo que tiene defensas perversas no puede asumir la responsabilidad de una elección difícil. Se trata de una violencia indirecta que se ejerce esencialmente a través de una falta de respeto”, por ello es por lo que detectarla es complicado y se necesita un análisis profundo de las situaciones para identificarla.

Algo que me pareció sumamente fuerte, es que Mari-France concibe, desde su punto de vista científico a los perversos como personas inhumanas sin que conlleven, la mayor parte de ellas, a tener un trastorno que los orille a ser acosadores.

La propuesta de la autora es que se debe aplicar la victimología donde se analizan las razones que conducen a los individuos a convertirse en víctimas para poder establecer un tratamiento.

Ejemplifiquemos, en muchas instituciones existen áreas de psicología, sin embargo, es necesario sensibilizar al personal para que pueda identificar el acoso moral y puedan ser tratadas la víctima y el agresor debidamente identificada ya la situación. Es importante el no suponer que quien interpone la queja es débil a la primera sino hacer un diagnóstico para comprender lo que acontece en verdad y partir de ahí establecer un plan de acción para aminorar las consecuencias a largo plazo, así como el tratamiento adecuado.

Este es uno de esos libros cuya lectura es necesaria para poder estar informados y evitar consecuencias graves si alguno de nuestros seres queridos o nosotros mismos somos víctimas de acoso moral.

Es una lectura obligada para quienes tiene personal a su cargo pues, el ignorar las quejas o minimizar la gravedad de los hechos es terriblemente dañino para las personas involucradas.

El acoso moral es un libro por demás alentador para quien lo vive y no sabe a quién acercarse o que hacer por miedo a que no le crean lo que vive o juzguen que no tiene carácter y por ello, su debilidad lo hace caer en eso, pero también es un parteaguas para la defensa del ser, pues necesitamos más escritores sensibilizados y preocupados no en señalar los hechos violentos sino en atender a las víctimas para que, las consecuencias no sean graves y puedan liberar a quienes creen que están solos y que no hay solución para lo que viven.

 

Laus Deo

 

@paulanajber

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