Uno de los pilares más sólidos en el rock progresivo mexicano es Chac Mool, sin duda. No son los primeros, antes de ellos ya existían las grabaciones de Decibel, recordemos aquella auténtica joyita llamada el Poeta del ruido y, por supuesto, también Nuevo México con su disco Hecho en casa de 1975, muy probablemente el primer disco mexicano de rock progresivo, pero Chac Mool logró llevar su propuesta musical a la radio y a la televisión, claro, les tocó vivir la época del videoclip y eso sin duda ayudó, pero sobre todo hay que tomar en cuenta su propuesta musical, sus letras y la solvencia en la ejecución musical, todos excelentes músicos.
La formación original de Chac Mool contaba con Jorge Reyes, el primer rey Camaleón en partir a la eternidad, él era el compositor oficial además de tocar la guitarra, la flauta, el melotrón y eventualmente cantar. Mauricio Bieletto era el cantante, Armando Suárez tocaba el bajo, Carlos Castro en la batería y percusiones y Carlos Alvarado era el tecladista que de manera paralela con Chac Mool tenía su proyecto individual llamado Vía Láctea, un perfil mucho más experimental que lo que hacía con Chac Mool, él murió el pasado 13 de enero y recordaremos un poco su trabajo y que sirva esto como un modesto homenaje.
Esta formación funcionó inalterablemente durante los primeros tres discos de Chac Mool, el primero que es Nadie en especial y que sin duda debe ser considerado como un disco de culto en el rock progresivo mexicano, después siguió Sueños de metal que mantiene la esencia progresiva y hay grandes temas musicales, por ejemplo, Paranoia, Kandahar, Qué buena razón y Sombras de la noche que mantienen incorruptible la esencia progresiva. El tercer disco es Cintas en directo, un testimonio de Chac Mool tocando , como lo indica el nombre del disco, en directo, es decir, sin trucos en el estudio de grabación ni tomas alternas, la magia de este disco consiste en capturar la ejecución musical en una sola toma, sin trabajo de edición, como si estuvieran en un concierto pero tocando en el estudio, el experimento resulta refrescante, incluye el tema El rey del rock and roll grabado en vivo en la Carpa Geodésica, la cuna de Chac Mool, y Melanie, una canción de las sesiones de grabación de Sueños de Metal que quedó enlatada.
Para el cuarto disco en estudio ya no está la formación original, este disco se llama Caricia Digital y solo permanecen el bajista Armando Suárez, Jorge Reyes, el timón del grupo encargándose de la guitarra y la voz ante la salida del cantante original Mauricio Bieletto, Carlos Alvarado está en los teclados y en la batería ya no encontramos a Carlos Castro, en su lugar está Eduardo Medina. El cambio es radical, no solo en la propuesta musical, inmersa ya en la muy frecuentemente contaminante atmósfera de los años 80, sino que su look también cambia, se cortan el cabello y se afeitan el rostro, la fotografía de la portada interior nos hace pensar en un grupo totalmente techno pop y alejado de la verdadera esencia, realmente queda muy poco del fascinante rock progresivo con el que iniciaron.
Cuento en mi discografía con la edición de 25 aniversario en donde, además de los 4 discos oficiales en estudio, se incluye una grabación que como documento histórico resulta verdaderamente imperdible, se trata de tomas alternas de sus discos y una sesión grabada en concierto en el Teatro del IMSS de esta ciudad de Aguascalientes. No recuerdo con exactitud cuántas veces tocó Chac Mool en nuestra ciudad, según yo fueron tres veces, esa en el Teatro de la Clínica 1 del Seguro Social, donde por cierto, se hicieron grandes conciertos y que fueron traídos por Juan Manuel Muñoz, que de manera paralela a su trabajo en los medios de comunicación, -actualmente es mi compañero de trabajo en Radio y Televisión de Aguascalientes-, se dedicaba a organizar conciertos. Después se presentaron en la cancha Hermanos Carreón del complejo deportivo IV Centenario, esto debió haber sido por ahí de 1982, fue la época de conciertos en el Auditorio Morelos y otros escenarios de grupos como Nobilis Factum, Decibel, Delirium Tremens, Toncho Pilatos, la verdad se hacía buen rock en nuestro país. Yo fui a esos dos conciertos de Chac Mool y no hace mucho, un par de años quizás, vino una nueva versión de Chac Mool, ya muerto el maestro Jorge Reyes, que también visitó Aguascalientes como solista, el líder era el tecladista Carlos Alvarado, a este concierto no fui pero los presentes me dicen que ya no fue lo mismo, lo entiendo, tal vez se perdió la magia.
Lo cierto es que Carlos Alvarado fue uno de los músicos más experimentales en la escena del rock mexicano, exploraba con sus teclados todas las posibilidades de sonoridad, quizás su atrevimiento llegó más lejos con Vía Láctea, con Chac Mool la línea era mucho más melódica dando suprema importancia a las letras y él, desde la trinchera de sus teclados, ofrecía el más sólido apoyo para el desarrollo musical de una de las más grandes expresiones del rock mexicano desde la muy exigente propuesta del rock progresivo.
Carlos Alvarado acaba de morir y para recordarlo, cito una líneas de la canción En la corte del rey Carmesí del álbum debut Nadie en especial: “Un jardinero escucha cómo las aves cantan en la jaula de cristal, la puerta de oro se abre, un hombre sale y dice el rey acaba de morir”.




