Ante la pandemia, el país y el mundo han implementado una serie de medidas extraordinarias, el virus que golpea nuestro planeta ha venido a dar un giro a nuestras rutinas, pudiéndose trabajar en casa gracias a los avances tecnológicos, impartiendo cursos a través de la internet, incluso sesionando asuntos públicos online.
Sin embargo, existen otras actividades que no pueden hacerse desde casa, siendo una de ellas el ejercicio del derecho al voto y sus múltiples implicaciones para hacerlo efectivo -Organización, registros, precampaña, campaña, jornada electoral, etc.-, pues si bien, existen algunos países con voto electrónico -Suiza, España, Francia, Australia, entre otros-, los riesgos y complicaciones que implica la organización de las elecciones son altas.
Sin embargo, hay una arista que a la fecha ha sido poco explorada; las consecuencias del coronavirus, el confinamiento de las personas -cuarentena- y su impacto en la justicia electoral y las elecciones a nivel nacional e internacional.
En el primer supuesto, ya fue determinado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, suspender los plazos judiciales, y en materia electoral el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación consideró únicamente continuar resolviendo los asuntos de inminente urgencia.
Como podemos apreciar, la justicia en el país ya fue afectada por el virus que acecha al planeta, por lo que se replantean las formas de administración de justicia, siendo un reto complejo y de interés para toda la ciudadanía.
No obstante, abordando el segundo punto, sobre las elecciones, habrá que ver el impacto que se generará con esta contingencia sanitaria, por ejemplo, en las elecciones presidenciales del 3 de mayo en Bolivia y en las del 17 en la República Dominicana y Uruguay, podrían suspenderse o llevarse a cabo con rigurosas medidas para evitar más contagios.
Cabe señalar que ya algunos procesos electorales han sido suspendidos o aplazados, como las elecciones locales británicas, la segunda vuelta de las municipales francesas y el plebiscito constituyente chileno, siendo que este pasa del 26 de abril al 25 de octubre, y actualmente se encuentra en plena campaña.
En México, no es muy diferente la situación, además de los términos suspendidos señalados en párrafos anteriores, y de las medidas extraordinarias tomadas por diversas autoridades electorales, el Instituto Nacional Electoral, ha suspendido plazos de la función electoral, incluso se ha dicho en voz de su Consejero Presidente, que se analiza la posibilidad de modificar el calendario de las elecciones de Coahuila e Hidalgo.
Es claro, que la pandemia ha pospuesto la competencia política, puesto que ahora las prioridades para la sociedad han cambiado. Las modificaciones a los calendarios electorales traerán consigo consecuencias que no podemos predecir, no solo económicas y de salud, sino también políticas.
Si bien, ahora las campañas electorales pueden ser digitales, la realidad de México concierne al trato directo de la o el candidato con la gente, haciendo incompatible la campaña con el encierro en el hogar.
En las próximas elecciones a nivel internacional, podremos observar que tan capaces son las autoridades electorales de incentivar la participación ciudadana, tomando en consideración que existirá un temor por parte de la población de asistir a espacios públicos, además veremos de qué manera se reglamentan extraordinariamente las campañas electorales.
Por otro lado, presenciaremos cómo se desarrollan las campañas electorales electrónicas, la forma de llevar los mensajes proselitistas a los grupos indecisos y, sobre todo, a aquel sector de la población que no tiene acceso a internet.
Nos toca como país estar nuevamente en una línea temporal privilegiada, donde nos encontramos ante la posibilidad de observar a los demás países para aprender de sus errores y aciertos. ¿Será el tiempo de instaurar el voto electrónico a distancia?
Sin duda, este escenario modificará a nuestro sistema electoral, impactando las campañas desde su organización y desarrollo hasta el día de la jornada electoral, poniéndose a prueba si contamos con una democracia consolidada. Vaya examen que se viene para nuestras autoridades electorales.




