No es una pregunta retórica, es una duda real ¿cómo volver a retomar la vida?. Para quienes por trabajo o decisión propia no realizaron cuarentena puede parecer exagerado que haya quienes no sepamos cómo regresar a “la normalidad” fuera de casa. Mientras muchas personas regresan a los gimnasios, a los cines, no han dejado de hacer reuniones con la familia y amigos; simultáneamente hay quienes desarrollamos una fobia al mundo exterior.
Esta fobia no es resultado únicamente del miedo a una amenaza que nos podemos ver, sino también a la irresponsabilidad colectiva que puede observarse, claro no podemos olvidar que las condiciones existentes, muchas veces no permiten seguir las medidas adecuadas, pero no podemos negar que un gran sector de la sociedad no sigue las medidas mínimas de convivencia para evitar la propagación del Covid-19.
Hablando con diferentes personas me he dado cuenta que no soy la única ya desarrollado una serie de conductas anormales derivadas del encierro, hay quienes perdieron el apetito, algunos otros comen por ansiedad, hay quienes sufren de insomnio, y quienes dormimos en cada que podemos.
Parece chiste, pero es anécdota, hay un montón de etapas diferentes que pasamos quienes nos encontramos en confinamiento, primero muchos sentimos alivio porque la idea de salir a trabajar a oficinas no nos resultaba atractiva, el home office resultaba atractiva, luego hay quienes nos pusimos con entusiasmo a tomar cursos virtuales, a aprender nuevas cosas en el tiempo que ahorramos al no tener que salir, de la etapa productiva vino la de la pérdida de la noción del tiempo, el insomnio, la obsesión por hacer ejercicio, o la desmotivación para hacer ejercicio.
Los profesionales de la salud mental están ante un gran reto, cuando todo esto comenzó muchos expertos recomendaban pensar que esta situación era pasajera, ahora que sabemos que una vacuna tardará, nos recomiendan pasar a la aceptación, es curioso, ninguna de las dos opciones me hacen sentir menos mal. Me he cansado muy rápido, de que se desestime lo que siento, frases como “está en tu cabeza”, “eres más fuerte que esto”, “pronto pasará”, no hacen más que demostrar que el optimismo a toda costa, no es más que otra otra forma de evasión.
También pienso en que quienes tienen expertise en salud mental, están enfrentando la misma situación, no podrán darnos soluciones prácticas hasta que podamos ver los estragos de la pandemia, así funciona la ciencia, necesita observar distintos escenarios para darnos soluciones.
Y verán, el miedo no es a enfermar, es a todo lo que implica para quienes somos trabajadores independientes, que no contamos con ningún tipo de seguridad social y vivimos al día, ¿miedo al virus? No. A la deuda. A la incertidumbre de qué pasará con nuestros trabajos si enfermamos, el verdadero terror es al sistema capitalista, para el cual las vidas humanas son desechables.
Tendremos que salir, eso es inevitable, pero qué terror seguir viviendo en este sistema.
@KarinaLeyvaRdz




