En la entregar anterior de esta columna, se analizaron algunas áreas que los aspirantes a las alcaldías de Aguascalientes podrían incluir en la agenda municipal de las elecciones en 2021, como la renovación de la concesión de agua a la iniciativa privada, la gestión de los residuos sólidos, los espacios públicos, y el impulso a la movilidad urbana sostenible. En esta ocasión, se analizan otras áreas que podrían ayudar a elevar la eficiencia de la gestión municipal, a movilizar recursos adicionales para la inversión pública, e impulsar la participación ciudadana en los procesos de toma de decisión. Veamos.
En materia de gestión administrativa, los gobiernos municipales tienen la responsabilidad de garantizar que los pagos, trámites y solicitudes que realiza la población con las distintas instancias municipales se hagan de manera práctica, eficiente y transparente. No obstante, según el Inegi, del total de esos procedimientos realizados en Aguascalientes, en 58 por ciento de ellos se presenta algún tipo de problema, siendo el más frecuente el de “barreras al trámite”, que considera largas filas, requisitos excesivos, pasar de una ventanilla a otra, costos excesivos, horarios restringidos, y lejanía de la oficina correspondiente. En ese sentido, los gobiernos municipales deberían invertir en la modernización administrativa para mejorar la experiencia de las personas con los pagos, trámites y solicitudes, por ejemplo, mediante la creación de ventanillas únicas que permitan agilizar procesos relacionados con el desarrollo urbano y la construcción, entre otros, lo que además puede generar mayor certidumbre para la inversión privada, facilitar emprendimientos, etcétera.
Más aún, el fortalecimiento de un verdadero gobierno electrónico podría mejorar considerablemente la satisfacción de las personas al realizar pagos, trámites y solicitudes de servicios públicos, los cuales aún se hacen en su gran mayoría de forma presencial: según el Inegi, en Aguascalientes sólo el 4 por ciento de esos procedimientos se realiza por Internet. En ese sentido, los aspirantes a las presidencias municipales podrían proponer distintas maneras de modernizar la administración municipal mediante tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la prestación de distintos servicios y la eficiencia de trámites y procedimientos; por ejemplo, a través de aplicaciones móviles para reportar problemas como la acumulación de basura, fugas de agua, fallas en el alumbrado, o para el pago de multas, etcétera.
En materia de financiamiento, será sumamente importante conocer cómo los aspirantes a las presidencias municipales pretenden generar los recursos necesarios para materializar sus compromisos. Si bien los municipios en México son altamente dependientes de las transferencias federales, también cuentan con herramientas efectivas para incrementar sus ingresos propios, como el impuesto predial, los cargos o tarifas por servicios públicos, o mecanismos asociados a la regulación del suelo urbano, como las contribuciones por mejoras, convenios urbanísticos y bonos por densidad. Estos últimos buscan movilizar recursos de la iniciativa privada como contraprestación por obtener mayores aprovechamientos del suelo, como nuevos usos o mayores derechos de construcción, los cuales a su vez pueden aumentar el valor de las propiedades, así como la rentabilidad de los proyectos inmobiliarios. En ese sentido, los aspirantes deberán explicar qué piensan hacer en materia de financiamiento municipal, tanto para garantizar estabilidad de largo plazo como para movilizar recursos que les permitan invertir en obras y acciones de infraestructura, equipamiento, espacios públicos, movilidad, entre otros.
Finalmente, en materia de participación ciudadana, valdría la pena que los aspirantes planteen estrategias concretas para involucrar a la ciudadanía en la decisión de ciertas inversiones públicas que permitan atender las necesidades o prioridades de una colonia o delegación, como puede ser la rehabilitación de algún espacio público o centro comunitario, o la mejora de algún servicio en particular, como el alumbrado o el drenaje pluvial. En ese contexto, podrían explorarse mecanismos como el presupuesto participativo, mediante el cual la ciudadanía, en conjunto con las autoridades municipales, deciden la asignación de un porcentaje o cierta cantidad de recursos públicos para alguna obra o acción, habiendo consultado previamente con la ciudadanía sobre sus principales prioridades o necesidades.
En conclusión, esperemos que los aspirantes a las presidencias municipales definan agendas innovadoras e integrales que permitan a la ciudadanía evaluar su voto en función de propuestas sólidas y viables, y que realmente puedan generar beneficios tangibles para la población.
fernando.granados@alumni.harvard.edu / @fgranadosfranco
