Entrevista a Francisco Cruz, autor de Genaro García Luna; el señor de la muerte
Según la Wikipedia, Genaro García Luna es un “ingeniero y político mexicano”, que ocupó cargos en áreas de seguridad el gobierno de México fue Secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, y ocupó cargos en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), en la antigua Procuraduría General de la República, y actualmente se encuentra detenido en los Estados Unidos, “acusados por vínculos por el Cártel de Sinaloa”.
Tal vez basten esas pocas líneas para delinear uno de los perfiles más oscuros del mundo de la seguridad nacional en nuestro país, con su cúmulo de agencias, comandantes, que en muchas ocasiones han sido señalados de vínculos con delincuentes de diferente índole.
Pero Genaro García Luna fue uno de los hombres más poderosos de México durante los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón. El hombre que conocía todos los secretos oscuros del país. De sus políticos. El hombre que entretejía todas las trampas, todas las líneas falsas que comunican el hampa mexicana y su extraña relación con el submundo de las fuerzas de seguridad en México, que en muchas ocasiones trabajan para el crimen organizado. Fuerzas de seguridad en México que en muchas ocasiones parecen ser, en realidad, el crimen organizado.
Entonces podemos preguntarnos una vez más: ¿Quién es en realidad Genaro García Luna? Su nombre, su prontuario criminal ha sido resaltado en diversas investigaciones periodísticas, que lo mencionan como un actor principal en la llamada guerra contra el narco, emprendida en el sexenio de Felipe Calderón. Una guerra que dejó miles de muertos y el reforzamiento de algunos grupos a los que supuestamente se les estaba combatiendo. El cártel de Sinaloa puede ser el ejemplo perfecto de esta protección, que, desde los más altos niveles de la administración pública, se le ha brindado a un grupo delincuencial en nuestro país, y les ha permitido expandir sus acciones delincuenciales a buena parte de nuestro país.
Según los datos oficiales, Genaro García Luna estudió en la Universidad Autónoma Metropolitana, y en 1994 se integró a las filas del Cisen. En 1999 saltó a la Policía Federal Preventiva, y en 2001, en el sexenio de Vicente Fox, fue nombrado director de la Agencia de Investigación Federal. En 2006, durante el gobierno de Felipe Calderón, fue nombrado Secretario de Seguridad Pública, y desde ahí controló la llamada Plataforma México, que buscaba a partir de la tecnología, terminar con los grupos del crimen organizado del país.
Sin embargo, para el periodista Francisco Cruz; “La policía de García Luna inyectó miedo, a través del asesinato, la fabricación de pruebas, el chantaje. Puso en marcha una campaña permanente para criminalizar a la sociedad, naturalizó y legitimó la represión, judicializó la política y dio libertad para que se armaran y expandieran los grupos del crimen organizado.” Todo gracias al control de las instituciones de inteligencia del país. Nada se movía en este país sin que García Luna lo supiera. O su hermandad, que era su grupo más cercano, entre los que se encontraban Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño.
Seguridad pública, espionaje, política, narcotráfico, traiciones, todo se conjuga en la historia de Genaro García Luna. Y esa vida es la que investigo el periodista mexicano Francisco Cruz, autor del libro Genaro García Luna; el señor de la muerte, publicado por la editorial Planeta.
“Todos mis libros son investigaciones muy largas, y en 2010 terminé mi libro Las concesiones del poder, sobre el tráfico de influencias que se manejó en el sexenio de Felipe Calderón. En este libro dejamos fuera un capítulo, que pensábamos en ese momento que nos daba para un libro. Ese capítulo era sobre García Luna. Esta investigación sobre García Luna la retomé hasta el 2020, entonces fue un trabajo que realicé durante varios años, pero en varias etapas.” Nos comentó en entrevista el autor de libros como El Cártel de Juárez (2008), Tierra marca (2010), Los juniors del poder (2014), Las guerras que nos ocultan (2016), entre varios más.
Javier Moro Hernández (JMH): Uno de los temas centrales del libro son los antecedentes de vida de García Luna, que él logró mantener ocultos. En tu libro ahondas en estos datos, sobre la parte que se ignoraba de su juventud en la colonia Romero Rubio.
Francisco Cruz (FC): Tengo la impresión de que García Luna es el personaje infame más conocido, y al mismo tiempo, el más desconocido de este país. Es decir, conocemos que estuvo en el Cisen, le armamos una historia en la AFI, en la Secretaría de Seguridad Pública, pero él ha limpiado toda la historia. Eso es justo lo que me hacía preguntarme quién era realmente García Luna. Lo primero que hice fue ir a buscar su acta de nacimiento. A partir de esa acta seguí el hilo de la historia familiar y descubrí, que su familia llegó huyendo de Michoacán en los años sesenta del siglo pasado, y que casi no salían. Llegaron a la colonia Primero de Mayo, que es una de las colonias satélites de la Romero Rubio. Sus padres lo registraron hasta un año después de que llegaron a vivir a la Cd. de México. Él había nacido en Michoacán. Después descubrí que en la calle adonde llegó a vivir era conocida como La Canasta, porque los viejos agentes del Servicio Secreto se juntaban en esa calle para juntar sus botines provenientes de robos, hurtos, extorsión. Todo eso lo juntaban ahí, hacían “la canasta” y la distribuían entre todos y con los altos mandos. A los once años García Luna fue reclutado por los comandantes del Servicio Secreto como informante, soplón, y él era el encargado de ir a esa colonia, a los mercados, para detectar a los comerciantes, para ser asaltados, extorsionados, o entrar a robar a sus casas. Así es como García Luna empieza a formar parte desde muy joven de la mafia. Eso es lo que voy descubriendo en el libro. Después desaparece el Servicio Secreto, forman la DIP, que después desaparece, pero los comandantes fueron integrados a la DFS, que después se convierte en Cisen. Y a García Luna lo van llevando, lo van formando, hasta que muere uno de los comandantes, y García Luna ya conocido como el Chango forma su propia banda de asaltantes. Aunque hay que decir que el apodo de Chango era para evitar el apodo de Gorila, que era como le decían cuando él no estaba presente. Porque hay una unanimidad de la gente de la colonia y el mercado, que García Luna era un salvaje, un maldito. Pero en la biografía oficial se dice que García Luna llegó al Cisen a través de una convocatoria, como cualquier persona, pero en realidad él fue formado como espía por parte de los antiguos comandantes, que también lo colocaron dentro del Cisen. Durante décadas la DFS fue un nido de criminales de altos vuelos. Esa es la formación de un tejedor criminal.
JMH: Hay una parte en el libro mencionas que García Luna es un delincuente, viene de la delincuencia, se incrusta dentro de las instituciones de seguridad, pero su intención fue controlar, desde las instituciones de seguridad, a los grupos del narcotráfico en México.
FC: Era un hombre que tenía el sueño de ser el gran espía de este país, de ser el ojo vigilante. Eso lo sé por testimonios de ex agentes de inteligencia, que afirman que él quería convertirse en el Edgar J. Hoover mexicano, el director del FBI que controló a ocho presidentes de Estados Unidos. García Luna pensó que podría controlar, a través del Cisen al país, y por eso formó una hermandad, una mafia. Entre ellos se encuentran Luis Cárdenas Palomino, que ahora es buscado por Estados Unidos también, Ramón Pequeño García, Maribel Cervantes Guerrero, que fue destituida recientemente como Secretaría de Seguridad del Estado de México, y Linda Cristina Pereira Gálvez, que es la esposa de García Luna. Todos se conocen en el Cisen, ellas eran analistas que trabajaban con él. García Luna es un criminal, pero es un hombre metódico, astuto, se preparó para eso, tenía un plan definido de vida, y para lograr sus metas, forma una hermandad para controlar el Cisen. Pero este plan se sale un poco de control con la derrota del PRI en las elecciones del 2000. Pero esa derrota del PRI fue una oportunidad para García Luna y su grupo, porque él tenía información de Fox y de Marta Sahagún. Ellos destruyeron todos los archivos sobre la nueva pareja presidencial, pero parece que esa información se la llevó García Luna con él, y se acercó así a la pareja presidencial, se ganó el favor de Marta y les entregó los secretos de todos los priistas. Y en 2001 Fox y Marta le crearon a García Luna la Agencia Federal de Investigación y le dejaron en bandeja de plata la inteligencia de este país. Se hizo poderoso a través de la investigación, es un criminal bien informado, con acceso a todos los secretos de este país. García Luna superó por mucho a Fernando Gutiérrez Barrios. Cuando Felipe Calderón es candidato del PAN; García Luna se acerca y es el encargado de infiltrar todos los movimientos de oposición.
JMH: Quería ahondar en el tema del elemento de protección que le otorgan la cercanía, el ganarse la confianza de las ex primeras damas: Marta Sahagún y Margarita Zavala, que siempre apoyaron a García Luna.
FC: Hay un dato muy interesante que tiene que ver con su salida en el sexenio de Peña Nieto, en donde parece que se va, pero en realidad mantiene una relación a partir de contratos públicos para la empresa de investigación y de seguridad que García Luna construye en Miami con sus socios. Pero a partir de esa empresa, García Luna seguía cerca de las campañas presidenciales de México Libre, que fue la plataforma de Margarita Zavala. Era un personaje que tiene intencionalidad. Podemos plantear que por ejemplo la producción de la serie El Equipo, que se transmitió en Televisa, y por el cual se gastaron más de 120 millones de pesos, para posicionar su imagen y fortalecer un proyecto político. Hasta que Peña y su grupo político lo desterraron, pero le mantuvieron la inyección de recursos. Pero García Luna quería regresar hasta que lo alcanzó el destino en Estados Unidos.
JMH: García Luna creó una hermandad, retomando lo que sucedía en la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México, retomando lo que había sucedido en la DFS; crear una hermandad criminal, en donde él fuera la cabeza. Pero ese grupo criminal no se acabó cuando él se fue.
FC: Está durmiente pero activa, está a la espera, pero los miembros de esa hermandad están más escondidos, porque los está buscando la justicia de Estados Unidos, están agazapados. Pero el ejemplo de Maribel Cervantes, despedida de la Fiscalía del Estado de México es un ejemplo de que siguen teniendo posiciones de poder y es un grupo con mucha información sobre la corrupción política en México. García Luna representa mucha información, como lo hizo en su momento Guillermo González Calderoni, que fue el “súper policía” y el consentido en el sexenio de Salinas de Gortari.
JMH: El tema de la corrupción en las más altas esferas de los organismos de seguridad, como nos lo demuestra la vinculación de García Luna con el Cártel de Sinaloa. Pero además tenemos la corrupción en la protección de la minería ilegal en Michoacán, en las compras de insumos para la seguridad que no sirven o que son carísimas. Es decir, la corrupción es muy amplia y adquiere diversas formas.
FC: Hay que reconocerle a García Luna que era un visionario de la corrupción y del negocio del crimen organizado, pero lo vio mucho más allá que solo el negocio del narcotráfico. Se puede ver a través de otras áreas en la que es rico el país. Por ejemplo, el caso de la minería: García Luna negoció con los carteles para que entrarán a las zonas mineras, y los carteles pudieran explotar a los trabajadores y a los dueños de las minas. Esa es una visión de negocio, una mala visión, pero es una visión de negocios. García Luna es responsable de que el crimen organizado haya gangrenado al país, por todos lados. Con anuencia de Felipe Calderón porque es claro que el expresidente lo sabía. Y estamos viviendo aún los resultados. Pero lo que hizo García Luna fue identificar nuevas vetas de negocios corruptos, y lo que pasa ahora es que los criminales explotan a los trabajadores en las zonas mineras, a las poblaciones y a los dueños de las minas. El huachicoleo es muy claro, las zonas aguacateras, limoneras están en la misma situación. Y García Luna descubrió todas esas posibilidades. El caso de la ouija es un caso emblemático, y solo por ese caso, tanto García Luna como Calderón deberían estar en la cárcel, porque era una pistola de silicón normal, que al país le costó una fortuna, y que no funcionaba para detectar absolutamente nada. La verdad es que se prestaría a broma, sino fuera porque cayeron en la cárcel muchos inocentes. Y se robaron 50 millones de dólares.




