Es época electoral y ya escucho la misma vieja canción de protesta por la cantidad y el tiempo dedicado a la propaganda política, hasta el 2 de junio, en todo el país, se transmitirán 19.8 millones de spots en radio y televisión, 55.4 millones de promocionales; en Aguascalientes los partidos políticos y candidaturas independientes cuentan con 10,260 spots pautados por cada estación de radio y televisión. Como ciudadanos ya nos estamos quejando de la cantidad de recursos destinados a difundir el mensaje de los partidos, señalamos nuestro hartazgo y prometemos que no les haremos caso.
Quienes todavía vemos televisión abierta o escuchamos la radio ya representamos un sector menor de la población y, aunque la pandemia modificó el consumo de medios, la tendencia sigue mostrando que día a día aumenta el número de personas que se entretiene e informa a través de los medios digitales, así que esta queja por los spots de los partidos políticos me parece gratuita, en especial porque como ciudadanos al rechazar atender las propuestas de quienes aspiran a representarnos o dirigirnos les damos el pretexto perfecto para dilapidar los recursos públicos en mensajes de porquería, total, ni los vamos a escuchar, no van a ser vistos, entonces qué más da que a través de ellos difundan tonterías o francas mentiras.
Y sí, tienen razón quienes se quejan de los spots, los difundidos en el ámbito nacional sólo reflejan la ausencia de estrategas de la comunicación y el empoderamiento de los señores del mercadeo, quienes lo primero que hacen con un servicio o candidato es transformarlo en producto a la venta. Un lema de campaña matón pero sin contenido, promesas de honestidad, progreso o bienestar que no serán cumplidas, y una multitud de imágenes que exhiben la ignorancia de la realidad de quienes se ceban en el esplendor de la miseria o los otros que pintan un país que todavía no existe.
En Aguascalientes comenzaremos a ver y escuchar los spots de los candidatos a las presidencias municipales y al Congreso local, seguramente nos van a decepcionar, en eso nunca han fallado, porque al decidir venderse como producto dejan de utilizar los spots como herramienta para fomentar la participación política de los ciudadanos, así como la capacitación y educación cívica.
Basta ver el arranque de campaña de los candidatos a la alcaldía de Aguascalientes, de los nueve aspirantes a ese cargo, sólo cuatro iniciaron sus actividades, Arturo Ávila Anaya, (Morena-PT-Nueva Alianza); Norma Guel Saldívar (PRI); Leonardo Montañez (PAN); y Luis Armando Reynoso Femat (Fuerza por México). ¿Valió la pena seguir el inicio de estas propuestas políticas? La respuesta es no, sin importar sus antecedentes o filiación, los cuatro se concentraron en viejas formas de la acción política, desde armar una fiesta para atraer a la concurrencia y enseguida plantar un discurso hueco del candidato, hasta el grito desesperado de “vamos a ganar” mientras se ensucia la luneta de un automóvil con la calcomanía del aspirante; reproducir mensajes que no están dirigidos a resolver ninguna duda sobre las propuestas del candidato sino a demostrar que se es mejor que el otro por el simple hecho de gritar con más enjundia o fingir empatía con los necesitados.
Como nunca, la pandemia ha evidenciado la crisis en los partidos políticos y su responsabilidad con el electorado, al eliminar las concentraciones en donde los candidatos podían babear infantes, palmear espaldas de ancianos o hacer el ridículo al ritmo de lo que los jóvenes bailan, ya no pueden fingir que tienen algo que decir, cualquier cosa que proponer, pues ante la necesidad de hallar canales distintos para que su mensaje alcance a los posibles votantes, se dieron cuenta que no tienen nada que ofrecer.
Día 1 de 45 de campaña, mes y medio para comprobar que los mercachifles de la política no lograran transformar en oro la ausencia de ideas.
Coda. Tras escuchar los primeros discursos de los candidatos, una vez más, recurro a Groucho Marx: “Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente”.
@aldan




