Esta no es una historia situada en un futuro distópico, no es una ficción emanada de las mentes de Orwell, Huxley, Bradbury, o incluso de Bong Joon-Ho, o de Michel Franco, es un riego que se percibe en el consciente colectivo que mantiene en constante reflexión a muchos de nosotros.
Las distopías, como las vemos en el cine o las leemos en los libros, reflejan esas sociedades ficticias ubicadas en un futuro, generalmente decadentes, indeseables, manejadas por gobiernos tiranos, resultado de la decadencia de la humanidad o bien consecuencia de desastres naturales. Si bien, son obras que se ubican dentro de la ciencia ficción, veladamente abordan temas que tienen que ver con la política, la tecnología, el medio ambiente, incluso con la economía, la religión y por supuesto la ética. Por ejemplo, en 1984 de George Orwell se puede observar una sociedad completamente dominada por un esquema totalitario que evita que las personas reflexionen sobre el pasado, vivan un presente dirigido y no tengan un futuro claro, la historia la escriben día a día según convenga a los intereses de la cúpula del poder; como cuando este gobierno decidió cambian la fecha de fundación de la capital del país para que, aparentemente se pueda celebrar dentro de la presente administración.
Las sociedades distópicas de estas historias se encuentran en decadencia, sometidas, dentro de regímenes totalitarios, en estado avanzado de colapso y sin un superhéroe que pueda salvar el día; incluso Metrópolis de Fritz Lang dentro del Expresionismo alemán retrata un futuro con poca esperanza para la humanidad.
Algo más contemporáneo, para todos aquellos que aun no leen o ven estas referencias fílmicas y bibliográficas; que me dice de la película surcoreana Parásitos de 2019, ganadora del Oscar a mejor película, donde queda claramente retratada las diferencias entre las clases sociales de ese país y el cómo los más desprotegidos arremeten contra la clase alta. Mismo tema distinto tratamiento en Nuevo Orden del mexicano Michel Franco, quien plantea un escenario similar donde queda marcado el clasismo dentro de nuestra sociedad.
Pero últimamente esas historias distópicas se acercan peligrosamente a la realidad. En una sociedad que se mantiene por las remesas que envían los mexicanos que viven fuera del territorio nacional y hacen que haya movimiento de dinero, en un México donde la clase media se mueve dentro de una franja mayor que la clase alta e incluso de la extrema pobreza, una nación asaltada sexenio tras sexenio, con modelos políticos que no han funcionado del todo, beneficiando solamente a ciertos sectores, ahora nos encontramos acorralados entre la espada y la pared. Pensamos que las cosas no podían estar peor de lo que ya habíamos vivido pero no es así, aun podemos empeorar y eso es lo que debemos evitar; de pronto estamos frente a un gobierno que pareciera tener las más negras intenciones de terminar con todo lo que ahora conocemos como sociedad mexicana, el actual presidente nunca ha negado que quiere hacer de este país una nación de tendencia izquierda, comunista, lo cual no estaría del todo descabellado si la cabeza supiera que hacer y cómo llegar a ese punto, pero no es así, por lo que deja ver todos los días, pareciera que lo que busca es instaurar un régimen totalitario, una dictadura que le permita tener el control de todo. Desde el principio, su bandera de lucha fue forjar una cuarta transformación, recuerda cuáles fueron las otras tres; las transformaciones se dan a través de la creación o sustitución de la Carta Magna, entonces la primera transformación se dio con la Constitución de 1824, la segunda con la Constitución de 1857 y la tercera con la Constitución de 1917 que es la que actualmente nos rige. La cuarta transformación en este momento no existe porque para tener un Congreso Constituyente Morena necesita las dos terceras partes que se requieren para tener mayoría en el Congreso y así, sólo así poder hacer una nueva Constitución, lo cual es sumamente peligroso. Y usted me va a decir que por qué es comprometido el proceso, pues porque en la actualidad existe un documento, llamémosle borrador de la constitución mexicana 2021 abanderada por una organización autodenominada Consejo Nacional del Pueblo Mexicano (CNPM) que pretende llevar a nuestro país al extremo futuro distópico, para empezar en su encabezado se puede leer “Proyecto constitucional aprobado por el Congreso Nacional Constituyente el día 24 de octubre de 2020, el cual deberá ser aprobado por congresos constituyentes estatales y municipales de la República Mexicana.
Estimado lector, esto no es amarillismo, ni ciencia ficción, por favor busque en internet al CNPM o a la citada constitución de 2021 y podrá percatarse que su modelo de nación existe; que nos estén bombardeando con tonterías todas las mañanas para distraer nuestra atención de lo verdaderamente importante es otra cosa, esta es la verdadera razón por la cual este domingo debemos salir a votar y a defender el sufragio, no podemos quedarnos con las manos cruzadas ni con la apatía hasta el tope, no se usted pero a mi me parece que ningún proyecto político está a la altura que nos merecemos los habitante de este país, pero esta locura, rebasa la ficción; que se fajen los demás partidos y se comprometan con la sociedad, evitemos esta absurda maniobra y exijamos a los representantes de elección popular, que ahora, más que nunca, o nos unimos y nos ponemos las pilas o siempre va a existir un villano que se quiera quedar con todo y ya no estamos para esos juegos.
Por favor salga a votar y arreglemos a nuestro México.
@ericazocar
