- Los Ecosig en Aguascalientes ahora trabajan de manera sutil para evitar señalamientos
- La LXIV Legislatura no quiso legislar sobre este tema
En Aguascalientes las terapias de conversión pueden ser más peligrosas, pues se realizan de manera sutil, sin hacer mucho ruido. La LXIV Legislatura no quiso legislar su prohibición bajo el argumento del libre desarrollo de la persona. Sin embargo, cuando una persona de la comunidad LGBT vive en ambientes sanos no hay deseo de cambiar quien es.
Desde octubre del 2020 el Congreso del Estado de México aprobó la prohibición de los llamados “Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género” (Ecosig), también conocidos como las terapias de conversión. Quienes promuevan o realicen algún acto de este tipo podrían ser acreedores a una multa y a dos a tres años en prisión.
Las terapias de conversión en Aguascalientes aún no han sido prohibidas ante la ley, tampoco están explícitamente permitidas, pero sí se dan, según afirmó el vicecoordinador del Colectivo Ser Gay, Manuel Alejandro Gutiérrez Flores.
“Durante mucho tiempo, en las oficinas de la iglesia de Jardines se concentraban ahí los principales grupos conversores de las personas LGBT. Les hemos perdido un poco de vista, pues, al ser un tema señalado fuertemente, se han hecho cada vez más discretos”, comentó el activista.
En gran parte de este año y del pasado consideran que las actividades de estos grupos que promueven las terapias de conversión se vieron ralentizadas como cualquier otra actividad humana, pero aún hay la sospecha de que siguen operando.
Detalló que, con base en testimonios recuperados a través de la asociación civil, en Aguascalientes las terapias no se dan de forma violenta, sino que intentan ser sutiles como sicoterapia o grupos de apoyo. Consideró que este tipo de terapias podrían ser más peligrosas, pues pasan desapercibidas por la sociedad y, por lo tanto, no son señaladas.
“Es como en todos los aspectos de la violencia. Por ejemplo, cuando una mujer tiene violencia física que deja algún daño visible todo mundo se alerta y se moviliza, pero cuando la violencia es sutil y no deja marcas es donde empieza el caos, porque la violencia es casi invisible. Eso pasa con las terapias de conversión”, comentó.
Señaló que durante esta LXIV Legislatura, en particular las diputadas Paloma Amezquita y Karina Banda, argumentaban que las personas tienen el derecho de buscar la conversión sí así lo desea. Aunque resaltó que ninguna persona LGBT que viva en un entorno sano y que permita su libre desarrollo quiera cambiar de orientación.
“Quieren cambiar cuando viven en un entorno de violencia extrema, si su homosexualidad o su condición transexual es lo que genera la violencia evidentemente quieren alejarse de eso. Pero cuando se tienen entornos saludables y de amor no hay deseo primario de transformación y cambio”, comentó.




