Hace poco más de cincuenta años, el 21 de Julio de 1971, se publicó una de las producciones más sólidas, contundentes y convincentes en el heavy metal, me refiero al disco Master of Reality de la agrupación británica Black Sabbath, de hecho no dudo en afirmar que este disco en sí mismo es una de las mejores definiciones de lo que es el metal en su forma más pura y ortodoxa.
Se trata del tercer disco en estudio de los ingleses de Black Sabbath. Recuerdo que en alguna ocasión, a decir verdad no tengo claro en dónde fue, pero leí un texto que decía que en pocas cosas podemos confiar hoy en día, y una de esas cosas dignas de toda nuestra confianza son los primeros cuatro discos de Black Sabbath, es decir, el primero homónimo publicado en 1970, el segundo es el célebre Paranoid del mismo año, el tercero es el que nos ocupa en esta ocasión, el Master of Reality, como ya lo mencioné líneas arriba, es de julio de 1971 y el ciclo de estos primero cuatro discos se cierra con el Volumen 4 publicado en septiembre de 1972. Pero aunque estos son definitivamente los mejores discos de Black Sabbath, incluso los podemos contar entre los mejores discos de metal de toda la historia, hay otros muy buenos discos que no debemos desdeñar como el quinto en su discografía llamado Sabbath Bloody Sabbath publicado en diciembre de 1973, y otros más como Sabotage, Technical Ecstasy, el impresionante Heaven & Hell de 1980 que me acompañó en aquellos mis años maravillosos en la Prepa de Petróleos. Mob Rules y Born again también los considero imprescindibles. De los discos más recientes creo que mi preferido es Headless cross con la increíble voz de Tony Martin.
Master of Reality es un disco en el que en cada una de sus pistas encontramos un modelo perfecto de lo que es el buen metal, desde la canción que abre el álbum, un tema llamado Sweet Leaf que inicia con una persistente tos marca el rumbo musical del disco, denso, pesado, lúgubre en algunos momentos, pero siempre rebosante de excelente música. El sonido del grupo, más que en otros discos, incluso más que en el primero que es homónimo y que es una verdadera joya del metal, se aprecia una pesadez inédita en el rock. Siendo Black Sabbath un grupo de rock pesado, en esta grabación llegan al clímax de su propuesta musical. After Forever, el segundo corte mantiene esa misma línea lúgubre y de repente con un tono profético tan propio del metal. La letra de esta canción no deja de sorprender, es decir, llama la atención escuchar a Ozzy Osbourne decir cosas como: “¿Has pensado en tu alma, podrá salvarse?, o quizás piensas que te quedarás en la tumba cuando hayas muerto. ¿Es Dios sólo un pensamiento en tu cabeza o es parte de ti? ¿Es Cristo sólo el nombre de alguien que leíste en un libro cuando estabas en la escuela? Y Ozzy continúa cantando: “Bien, he visto la verdad, he visto la luz y he cambiado y estaré preparado cuando tú estés solo y asustado al final de nuestros días. Tal vez tengas miedo de lo que tus amigos puedan decir si supieran que crees en el Dios de las alturas, ellos deberían darse cuenta, antes de criticar que Dios es la única forma de amor”. La canción termina con esta reflexión: “Tal vez debas pensarlo bien antes de decir que Dios ha muerto y se ha ido. Abre tus ojos, date cuenta que Él es el único, el único que puede salvarte de todo este pecado y odio, ¿o te seguirás burlando de todo lo que escuchas? Sí, creo que es demasiado tarde”.
Llama la atención, ¿no crees? Uno de los mejores discos de metal en toda la historia del género con este contenido, debo decir que me gusta y lo disfruto inmensamente. Todo esto acompañado por un metal poderoso, demoledor, una de las mejores expresiones de lo que es el verdadero rock pesado.
Después de la profética, demoledora y bien intencionada After Forever, viene una delicia instrumental, Embryo, como un preludio a la canción que define el metal con argumentos sólidos e inobjetables, Children of the grave. Si alguien me preguntara ¿qué es el metal? No podría explicarlo con el lenguaje hablado, le pediría que escuche este tema de Black Sabbath y quedará claro qué es el metal.
Otro puente instrumental antes de Lord of this world, otra canción de perfil profético que también busca crear conciencia, es la voz del maligno, el dueño de este mundo diciendo: “tu mundo fue hecho para ti por alguien en las alturas, pero elegiste el mal camino en lugar del amor. Me hiciste dueño del mundo donde existes. El alma que te quité ni siquiera la extrañarán”. Como contraste viene después esa deliciosa balada llamada Solitude, en mi punto de vista, la mejor balada de Black Sabbath, mejor incluso que el tema Changes del disco Volumen IV. El disco termina con el tema Into the void, una especie de advertencia del mal uso que hemos hecho de nuestros recursos naturales y del daño que causamos con la contaminación: “En todas partes hay miseria y desgracia. La contaminación mata el aire, la tierra y el mar. El hombre se prepara para cumplir con su destino…Deja la tierra a Satanás y sus esclavos, déjalos a su futuro en la tumba. Crea un hogar en donde el amor permanezca. Paz y felicidad todos los días”. Así termina el que para tu servidor es el mejor disco de metal.




