El 8 de marzo se cumplirá un año de la agresión más brutal que se haya realizado contra las mujeres en Aguascalientes, cuando elementos de las policías estatales y municipales dispersaron la manifestación con furia excesiva, las persiguieron, las molieron a palos, les aventaron motocicletas, violentaron sus derechos.
A unos días de que las mujeres vuelvan a salir a la calle ejerciendo su derecho a hacerlo, desde todos los órdenes de gobierno se emiten mensajes para convencer a las mujeres de manifestarse de manera pacífica; la jefa de gobierno de la Ciudad de México ya dijo que si se portan bien en la marcha del Día Internacional de la Mujer, van a convencer más que si realizan actos violentos, Claudia Sheinbaum las aleccionó así: “como mujer, creo que al manifestarnos pacíficamente, siempre he creído que el convencimiento, que la construcción de un consenso a favor de una demanda de justicia tiene que ver con una demanda pacífica, siempre he creído en la lucha pacífica”, al mismo tiempo, personal de limpia de esa ciudad coloca vallas frente a Palacio Nacional y resguardan edificios ante la posible violencia femenina.
En Aguascalientes se sigue el mismo discurso, las autoridades declaran que respetarán el derecho de las mujeres a manifestarse y esperan que no haya actos violentos de las participantes, mucho se habla de coordinación entre las dependencias gubernamentales y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, también se presume que a los cuerpos policiacos se les ha capacitado en materia de derechos humanos, pero siempre queda la amenaza latente, responsabilizando a las mujeres de lo que pueda ocurrir.
A las advertencias de los gobiernos se suman las advertencias desde los grupos conservadores, el líder local del Frente Nacional de la Familia en Aguascalientes convoca a defender la Catedral formando un cinturón humano alrededor de la iglesia, como si el propósito de la marcha fuera atacar ese establecimiento; al mismo tiempo, se presenta una activista “mundialmente conocida” que es famosa por haber pasado de las filas del “feminismo radical” a un grupo provida que dice defender la vida y la familia, Sara Winter hizo un llamado a las mujeres aguascalentenses para que no salgan a la calle, sobre todo a aquellas que se manifestarán por erradicar la violencia de género y el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, les recomienda que mejor pidan más “políticas del estado y caridad de la sociedad civil”.
Calladitas y en su casa les va a ir mejor, parece ser el mensaje para las mujeres, de manera pacífica van a lograr más, se les escupe en la cara desde el privilegio de quienes no tienen motivo de queja, de quienes desde la comodidad del escritorio intentan borrar que los cuerpos policiacos a su cargo agredieron brutalmente a mujeres que estaban en la Plaza de Armas, que los encargados de la seguridad pública no sólo permitieron las agresiones sino que las alentaron a mentadas de madres, eliminar de la memoria que no han cumplido con las recomendaciones de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos…
Para la autoridad es más sencillo estigmatizar, no asumir su responsabilidad, quieren exculpar a los cuerpos policiacos de su respuesta brutal, de su incapacidad para enfrentar la justa ira de las mujeres organizadas.
Coda. Nadie tiene derecho a recomendar cómo deben manifestarse, nadie. Yo sólo espero que en esta marcha, la mujer a la que amo no sea agredida, otra vez, que a las mujeres no se les responsabilice de la ineptitud de las autoridades, como siempre.
@aldan




