El reporte de la organización Causa en común sobre atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios se titula Galería del horror, y eso es, a partir del análisis de 1,670 notas periodísticas elaboran un catálogo de 1,940 atrocidades cometidas en el país de enero a abril de este año, con más de 3,550 víctimas… el mal en toda su expresión.
Todos los días, sin importar cuál sea el medio elegido para informarse (redes sociales, medios tradicionales o electrónicos), lo que sobresale son estas notas que dan cuenta del horror que se vive en todas las entidades del país, linchamientos, asesinatos, fosas clandestinas, las más diversas expresiones del mal.
El morbo con que se atiende la nota roja, le otorga a los medios que difunden estas noticias altos niveles de audiencia, se puede contar por cientos de miles quienes atienden este tipo de noticieros o sitios, pero esta población cautiva no necesariamente logra convertir su interés en tema de la agenda pública, en debatir cuáles son las acciones que se requieren por parte de la autoridad para erradicar la violencia, cuáles las políticas públicas para prevenir estas conductas.
El informe de Causa Común habla de las atrocidades, la expresión más violenta de estos hechos, y todos los días, nuestras fuentes de información nos presentan actos delictivos con la intención de llamar la atención sobre lo que los gobiernos hacen o dejan de hacer.
No hay noticiero que no entregue gran parte de su tiempo a los asaltos en el transporte público, sobre todo en el área metropolitana de la Ciudad de México, no pasa un solo día sin que, como parte del bloque principal de información, se nos entregue una pieza periodística acerca de un acto delictivo o la protesta de las víctimas por el desamparo en que las autoridades los dejan.
A pesar de este bombardeo de imágenes y palabras, en la discusión pública, no se encuentra resolver la inseguridad como tema prioritario, la participación ciudadana en la política tampoco tiene entre sus prioridades erradicar la violencia, el morbo con que atendemos estas manifestaciones del mal nos han convertido en simples espectadores.
Miles de víctimas, miles de victimarios, miles de hechos violentos que quedan en la impunidad y así nos son presentados, porque cuando la conversación se relaciona con la política, en vez de exigir acciones y políticas públicas, la clase gobernante transforma esos hechos en personalísimos actos de los políticos.
Mientras diariamente atestiguamos el horror, la atención de la clase gobernante sólo tiene tiempo para verse el ombligo, discutir si deben o no remover al dirigente de su partido, adorar u odiar al presidente, insistir en la sucesión presidencial como el tema en que debemos centrar la atención.
Miles de víctimas y la impunidad vergonzosa, miles de muertos y desaparecidos sin respuesta por parte de los gobiernos, y la clase política sólo está interesada en convencernos en la relevancia de su tema: mantener sus privilegios, establecer que la única ruta para salir del horror es el sistema de partidos y la elección de un candidato que dé continuidad a la transformación o evite el actual proyecto de gobierno.
Nos hemos acostumbrado al morbo, a simplemente saciar nuestra curiosidad y exhalar aliviados porque, esta vez, el mal no nos tocó; y sí, también nos hemos acostumbrado a recopilar información para juzgar con rapidez a los otros; mientras sigamos atestiguando la galería del horror sin incorporarla a la discusión pública, poco cambiará el rumbo del país.
Coda. Afuera el mundo ocurre y pide que nos involucremos, pero estamos muy ocupados siendo sólo testigos.
@aldan
