El pasado 1 de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó su 4º Informe de Gobierno ante el Congreso de la Unión conforme lo establece la Constitución del país, en esa misma fecha, pero en Palacio Nacional y ante su gabinete legal y ampliado (aunque no sabemos a cuál pertenece la señora Claudia Sheinbaum) leyó un mensaje y que debería ser alusivo a la situación que guarda la nación y la Administración Pública Federal durante el último año. Su mensaje fue como lo esperábamos, optimista, una muestra: “…a pesar de las adversidades estamos saliendo adelante.” En su decir, aceptó que: “Se nos cayó la economía, pero ya logramos recuperar los niveles previos al COVID”. Con un indicador de ¡hace un año! generado por el INEGI, afirma que la desigualdad ha disminuido entre los más ricos y los más pobres, pasando de 18 a sólo 16 veces, lo que le permite presumir (a partir de una encuesta) e informar que hay una mejor distribución del ingreso, aunque haya crecido la pobreza en 4 millones de mexicanos.
Y valiente como es el presidente, se atreve con la siguiente afirmación en su mensaje: “El sector agropecuario, aún con la pandemia, no ha dejado de crecer: en 2020, la producción aumentó en 1.1%; en 2021 en 1.3% y en el primer semestre de este año el incremento fue de 3%. Hoy puedo informar que ya somos autosuficientes en producción de frijol”. Pero, de acuerdo con datos del BM, entre enero y mayo pasados el país importó maíz por 2,292 millones de dólares, 84% más respecto a los mil 242 millones de igual lapso de 2021. En el mismo periodo, el gasto en trigo pasó de 489 millones de dólares a 871 millones, un incremento de 78%. Y complementa BM: además, el valor de las importaciones de arroz avanzó de 178 millones de dólares a 207 millones, un alza de 16.5 por ciento, y las de café pasaron de 36 millones de dólares a 49 millones, un incremento de 36%. Las que disminuyeron en el periodo referido fueron las de frijol, de 45 millones a 34 millones de dólares y las de sorgo, de 68 millones a 46 millones de dólares.” (Braulio Carbajal, La Jornada, del 28/07/22). ¿Autosuficiencia en producción de frijol?
Otra afirmación que vale la pena destacar, es la referida a qué en su gobierno, “se ha desechado la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función de indicadores de crecimiento que no necesariamente reflejan las realidades sociales”. ¿O sea? Responde muy propio el presidente: “nosotros consideramos que lo fundamental no es cuantitativo, sino cualitativo: la distribución equitativa del ingreso y la riqueza.” Y se suelta hablando de su combate a la corrupción y presume “el ahorro en el costo de las obras públicas que nos ha permitido disponer de otros 200 mil millones de pesos”, ¿para? Baste recordar que el costo de la “obra pública” de la refinería de Dos Bocas en su “ahorro” pasó de 8 mil millones de dólares a 20 mil millones de dólares; el Tren Maya, aparte del desastre ecológico que ha provocado, incrementó su costo de 120 mil millones de pesos a 299,367 millones de pesos. Ya ni hablamos del AIFA, que pasó de aeropuerto internacional a Central Camionera y arena de lucha libre. Por supuesto todo suma a consolidar la Cuarta Transformación.
En otro punto del informe relativo a los avances de la tan sonada 4T y su reflejo en las condiciones de la calidad de vida de los mexicanos, se refirió al término de la construcción de las 2,300 sucursales del Banco del Bienestar por los multifucionales militares mexicanos. Sin embargo, este banco ha mostrado una ineficiencia financiera de alto nivel. Al cierre del 2021, la cartera vencida de la banca de desarrollo nacional era del 3.03%, mientras que la del Banco del Bienestar rondaba sobre el 35.43%, en todo caso el respaldo para este último lo otorga el gobierno federal con los recursos públicos que tan “eficientemente” administra y le permitirá tener su propio FOBAPROA.
Algo que NO mencionó AMLO, y ya entrados en este mundo “neoliberal” que tanto aborrece el señor presidente nos encontramos con una preocupación del secretario de Hacienda en el siguiente sentido. Dice don Ramírez de la O que los inversionistas internacionales están muy al pendiente de lo que haga México en el marco del T-MEC, particularmente respecto al tema de la disputa del sector energético. Lo ideal es que esto se resuelva pronto y lleguen más inversiones; pero, sí las cosas se complican, y se fractura el piso sobre el que se sostiene el T-MEC, tal vez nos toque la salida de capitales. Además, habrá más presión en las finanzas pública. Así, la alta elevación de los costos de las obras insignia presidenciales, además del servicio de la deuda pública, a partir de las alzas en las tasas de interés. En 2021 fueron del orden de 733 mil millones de pesos, y en 2022 tal vez se supere el billón de pesos. Esta situación reduce el margen de maniobra del gobierno de la 4t, sobre todo si no se impulsa una reforma fiscal ni se acota la voracidad presupuestal de los proyectos lopezobradoristas. Rogelio Ramírez de la O dixit. (Luis Miguel González, El Economista, 02/09/22).
Las 150 universidades que dice construyo son parte de su mitología, los alumnos (sí existen) no podrán graduarse, menos encontrar empleo. La nueva escuela mexicana acaba con la calidad de la educación. No reconoce el valor de la ciencia, todo es ideológico. Los adultos mayores hoy son ancianos respetables con pensión. Todos los gobiernos anteriores tienen la culpa de los problemas que, a cuatro años, él no puede o no quiere enfrentar: carencia de medicinas, caída de atención médica, economía con tasas de crecimiento menores al 2% que prometió, combustibles y electricidad caros, a PEMEX ni lo mencionó, el territorio dominado por el crimen organizado, y…
Así va hoy la Cuarta Transformación de México.
mario.bravo58@hotmail.com




