La fuente de reporteros que cubría la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio nunca imaginó que al irse de shopping a San Diego, dejando solo al candidato, cubierto por los corresponsales, se quedaría fuera de la historia y dentro de la sombría anécdota.
La lucha de las y los reporteros de los periódicos de la Ciudad de México por llegar a cubrir las campañas había sido encarnizada: Los referentes eran todavía entonces El Universal y Excélsior; Reforma, apenas había visto la luz la mañana del 20 de noviembre de 1993, a ocho días del destape de Colosio.
Aquel día, justamente, el secretario de Educación Pública, Ernesto Zedillo Ponce de León -uno de los aspirantes que danzaba en torno a una gran capucha de “tapado”, en la caricatura de Carreño, de la portada de la revista Siempre!– se hallaba en París, en la Unesco, hablando de educación… Pero también de la sucesión presidencial, y lo cubría un solo periodista mexicano: quien esto escribe… Pero ésa es otra historia.
Decía el maestro universitario y periodista Froylán López Narváez que “los periódicos también son partidos políticos… La lucha es la misma”. Y así era. En el caso de El Gran Diario de México, aquel 28 de noviembre de 1993, el cronista parlamentario Fidel Samaniego (+) se paró ufano frente al escritorio del reportero de la fuente educativa, en la redacción de Bucareli, para bailarle de gusto: “Te gané otra”, le dijo.
Y es que aquél, exigido por el consejo de administración de su periódico, había asegurado que Zedillo no sólo quería, sino que sería el próximo presidente de la República; pero, además, había asegurado muchísimo más: que cuando el secretario de Educación fuera presidente, iba a ordenar auditorías a los periódicos que le habían sido hostiles: “Que la boca se te haga chicharrón”, exclamaría el gerente de El Universal, Daniel López Barroso, y añadiría: “Porque si vienen por aquí, nos agarran con los dedos en las puertas”.
Aquella “profecía fiscal” se cumplió escrupulosamente el 13 de septiembre de 1996, cuando un juez ordenó la aprehensión de Juan Francisco Ealy Ortiz, acusado de evasión por 28 millones de pesos; acaba de estar en Aguascalientes, Esteban Moctezuma Barragán, él conoce muy bien esa historia y también cómo la libró el editor del periódico, entonces, más importante del país… También, ésa es otra historia.
Al regreso de París de Zedillo y su reportero de cabecera, de inmediato se produce el destape de Colosio y el secretario de Educación es nombrado coordinador de su campaña. El destape del sonorense se había llevado a cabo con todas las de la ley, bajo las reglas de la tradición no escrita pero muy respetada, conocida como “destape”.
Culminaba aquel 28 de noviembre de 1993 la lucha intestina, tanto al interior del partido, como de los periódicos. Atrás se quedaron las aspiraciones de Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda; Manuel Camacho Solís, jefe del Departamento del Distrito Federal y de quien aseguraba antes de morir el cardenal Jesús Posadas Ocampo, “se comporta como si fuera presidente”, después de abofetearle en una reunión a que lo citara el presidente Salinas, en Los Pinos, poco antes de su muerte.
Colosio avanzaba impresionantemente en su campaña, gracias a la inspiración de la retórica de Martin Luther King y arropado por un priísmo nervioso, con en eterna “resaca” después de la “borrachera” electoral de 1988 que no mitigaba nada. Luis Donaldo sabía que “el supremo arte de la guerra es conocer las intenciones del enemigo y adelantársele”, pero se olvidó de ello. Le habían pedido que se bajara de la campaña y no quiso; Ernesto Zedillo estaba preparado para sustituirlo, llegado el momento.
Y ese momento se llamó 23 de marzo de 1993 en Lomas Taurinas, hoy hace 19 años. Los reporteros de la fuente se fueron a hacer compras a San Diego, mientras el candidato, en medio de un mar de gente y ensordecedor ruido de La Culebra, se desplazaba por el terregal de esa colonia popular cuando surgió la pistola asesina que no sólo vomitó su fuego mortal, sino también, el fin de un partido político que lloraría lágrimas de sangre desde su alma, para volver a ponerse de pie, como lo está ahora.
Aquel día, el finado Fidel Samaniego, fiel también a las tradiciones no escritas pero siempre respetadas en los medios de comunicación, en su carácter de subdirector editorial de El Gran Diario de México, dio la orden al reportero de Educación, de cubrir la campaña de Zedillo: “Ahora tú ganas, felicidades”, le dijo… Lo que siguió después, también es otra historia.
Este sábado 23 de marzo, el delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Aguascalientes, Mario Vargas Aguiar, y el presidente del Comité Directivo Estatal, J. Guadalupe Ortega Valdivia, acompañado de las estructuras partidistas de los sectores campesino, obrero y popular, rendirán un homenaje a Luis Donaldo Colosio, en la explanada de su edificio, en López Mateos y Cosío.




