Me enferma lo que ocurre en México, es alarmante que se insista en etiquetar toda acción nociva que ocurre en nuestro país como un “hecho aislado”.
“Hechos aislados” fueron el inicio de la violencia en diversos estados de la República, lo mismo las tragedias en la mina “Pasta de conchos” o el incendio en la guardería ABC y muchos otros cientos de sucesos que a diario ocurren en México, todos ellos son catalogados como sucesos irrelevantes por parte de los insensibles gobernantes.
Los mandatarios desde años han adoptado como práctica, primero la indiferencia y segundo el hecho de pagar a los medios de comunicación para que difundan cifras maquilladas y noticias que hablen bien de ellos, aunque la realidad sea otra. ¿Se han dado cuenta que cada año ofrecen la solución, y cada año estamos peor?
Recientemente, he de confesar que sentí escalofríos luego de ver el video en el que por casi ocho minutos, (7:49 exactamente) una niña de sexto grado de primaria es violentada por todo un grupo de niños que se supone deberían ser, si no sus amigos al menos sí sus compañeros. La acosan por el hecho de ser originaria de Jalisco y tener una piel morena.
Dicho evento de violencia ocurrió en Hermosillo, Sonora, y en el video grabado por uno de los principales actores, se observa cómo una niña más alta que el promedio de sus compañeros, repele en repetidas ocasiones el ataque de un chico, el cual por cierto es constantemente instigado por sus “amigos”, para agredir a la jovencita.
Observo cómo la descomposición de nuestra sociedad ya no sólo es aquélla que los adultos provocan. Antes se preguntaba ¿qué mundo le queremos dejar a nuestros hijos? Hoy con todo lo que pasa esa pregunta se responde. Un mundo destrozado en el que los niños ahora ya no son sólo víctimas sino también agresores.
Criminales en potencia actúan en esta grabación, desde el alumno que registra con lujo de detalle el ataque e incluso da instrucciones para que se cometan los actos, azuzando constantemente a su compañero a que vaya por más, invitándolo con frases como: “madréala” y “dale un cachetadón”. Además de este chico, participan otros que ayudan a arrinconar a la niña agredida, los que son actores activos de abuso, pero también están los pasivos: los que observan y no hacen nada.
Están en una escuela pública (José María Morelos) y los hechos ocurren durante casi ocho minutos sin que ningún tipo de autoridad haga nada, no aparece el maestro de la clase, no se ve que acuda el director de la escuela, algún otro docente o cualquier adulto. Son niños agresivos, actuando como pandilleros, solos en un salón de clases de una escuela pública que pudo ser cualquier, incluso a la que va su propio hijo o hija.
El video fue grabado y difundido en las redes sociales, de manera estúpida con afanes de lucimiento multitudinario por un chiquillo cuya responsabilidad y participación en esto debe ser fincada. Durante la grabación se observa a un menor que forcejea con su compañera mientras el resto de los niños los incitan a pelear y se burlan de ambos. La niña se vale de sus propios recursos para defenderse (empujones y manotazos). Tras una ligero “descanso” en el que el niño sale a los bebederos de la escuela y donde por cierto alrededor no se observa a ningún adulto; el jovencito regresa motivado por sus compañeros para aplicarle una “llave” al cuello de la niña. Es tanta la fuerza que el niño aplica durante 10 o 15 segundos que cuando decide soltarla la niña se ha desmayado, está inconsciente.
Una vez ocurrido esto, parece que en algunos de los compañeros de la niña entra un poco de conciencia y acuden a su ayuda, sin embargo en cuanto observan que la jovencita vuelve sí, es objeto de burlas nuevamente.
Tras lo ocurrido se informó por parte de la Secretaría de Educación y Cultura que a través del subsecretario de Educación Básica, Gerardo Gaytán Fox, informa que antes de que se inicien las vacaciones se llevarán pláticas a los padres de familia de ese plantel para tratar de evitar más casos como éste. Obvio sin dejar pasar la oportunidad de mencionar que esta “carrilla entre niños” es un: h-e-c-h-o -a-i-s-l-a-d-o.
Igual de aislado sería si la niña hubiera muerto.
No se puede ser indiferente ante un caso como éste, es común que se deje pasar y no ocurra nada, pero eso mismo pasa en todo México en todos los niveles. El mal no es castigado, los criminales hacen lo que quieren, cuando quieren y nadie hace nada.
Todo esto es producto de un sistema corrompido que se ha venido pudriendo desde años atrás, se permite todo y después se tapan pozos mal y de malas. La educación no ha cambiado en decenas de años, los maestros indolentes abandonan grupos, primero porque son maestros no capacitados y segundo porque son vecinos, conocidos y amigos de líderes sindicales que están ahí sin merecerlo. Gente sin pasión por la enseñanza, sin vocación. Después porque los servidores públicos, los gobernantes son indolentes y se limitan a no actuar, generar sí, una o dos declaraciones, pero jamás actuar, pero bien que están para las fotos.
Las cosas deben cambiar y nosotros tenemos la oportunidad de hacerlo, tan sólo piénsenlo bien y pongámonos en movimiento.
