Rebeliones juveniles: fervor poético, moderación política y radicalismo ético
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Gustavo Gordillo ha sido dirigente del movimiento estudiantil de 1968, dirigente en el Partido Mexicano de los Trabajadores, miembro fundador del Movimiento de Acción Política y del Partido Socialista Unificado de México en los 70. Miembro Fundador de la Unorca. Presidente del Consejo Consultivo de la CNC en los 80.
De abril a julio de 2006 fue coordinador general de la campaña presidencial de Patricia Mercado. Como funcionario público ha sido subsecretario en la Secretaría de Agricultura, y subsecretario en la Secretaría de la Reforma Agraria en México entre 1988 a 1994. En 1995 se desempeñó como director de Desarrollo Rural de la FAO en Roma y desde 1997 hasta 2005 fue representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Miembro fundador de La Jornada y colaborador de la revista Nexos.
Actualmente es profesor visitante en el Taller de Teoría Política de la Universidad de Indiana en Bloomington, dirigido por los profesores Vincent y Elinor Ostrom. Trabaja dos proyectos de investigación: Los dilemas de las democracias frágiles en América Latina y Las fallas en la acción colectiva: el caso de las agencias multilaterales de desarrollo.
Una frase, original de Regis Debray cuando estaba escribiendo sobre qué significaban todas estas rebeliones juveniles, condensa en buena medida lo que ha estado pasando desde 2011 a la fecha, él lo resumió así: fervor poético, moderación política y radicalismo ético. Comenta Gustavo Gordillo a La Jornada Aguascalientes. En una breve conversación con quien fuera dirigente durante el movimiento estudiantil del 68 así como activista y promotor de organizaciones rurales, nos brindó su punto de vista acerca del origen de los movimientos juveniles y su impacto en México.
Origen común
Es cierto que las rebeliones juveniles, todos estos movimientos que se están dando en diferentes partes del mundo, son distintos entre sí, sin embargo tienen cosas en común: si hay un sector que está tremendamente afectado, en todo el mundo, por el desempleo, son los jóvenes, en todas partes, tienes porcentaje de 20, 30, 50 por ciento de los jóvenes de menos de 29 años en un nivel de desempleo fuerte, mayor que el promedio nacional y muchas de estas sociedades, no todas, no en España, no en Estados Unidos, pero sí en Medio Oriente, sí en Chile, sí en México, son sociedades de jóvenes; en México el promedio de edad es de 29 años, en Túnez el promedio de edad es de 24 años, en Egipto es más o menos eso, entonces tienes jóvenes que estudian, porque están mucho más formados ahora, que tienen acceso a los medios electrónicos y por esa vía tienen acceso a la información de lo que está pasando en otras partes y que no tienen claro un futuro, o mejor dicho: no tienen futuro.
Entonces combinas todo eso, en algunas partes con regímenes tremendamente autocráticos, como el de Hosni Mubarak en Egipto o como el de Ben Ali en Túnez y tienes ahí todos los elementos que propician una explosión, añade a todo esto crisis de alimentos y eso ya te da todos los elementos, pero los factores que detonan todo, que si bien son distintos en cada caso, en algunos muy dramáticos, es un hecho fortuito, el contexto es ése: desempleo juvenil
Pero lo que detona todo es un hecho fortuito. En el caso de Egipto fue un chico que estaba en un cibercafé en Alejandría, mandando mensajes, nada político, sale del cibercafé y como es “normal”, unos policías se le acercan y lo amenazan con meterlo a la cárcel, ¿por qué?, porque se les da la gana, si no les da una mordida. El chico se niega y se lo quieren llevar violentamente a la prisión, lo golpean, se lo llevan a la prisión y ahí lo matan a golpes, entonces los chavos que fueron testigos… chavos que van siguiéndolo, que se dieron cuenta que se lo están llevando, toman una foto y la suben a Youtube, el chavo muerto, desfigurado, esa foto se viraliza inmediatamente, genera una reacción de rabia y entonces se juntan historias.
Entonces, tienes un grupo de chavos que había apoyado una huelga de textileros en otra ciudad de Egipto y que llevaban tres, cuatro años apoyando a esos trabajadores y lo que hacían es que el día en que era el homenaje a la policía, ese día ellos se juntaban en la plaza, un grupo de 20, 30 años que se juntaba cada año para protestar por la huelga, de pronto, vienen todas estas circunstancias y el 25 de enero de 2011 deciden, estos chavos por su lado, sin ver el video, sin saber que se estaba viralizando, deciden convocar al evento, de pronto comienzan a ver en Facebook que tienen como 5 mil personas que van a ir, están ahí y, esta historia la cuenta uno de ellos, que de pronto por el puente que cruza el Nilo para llegar a la plaza, comienzan a ver una multitud gigantesca, y ahí comienza el evento.
El caso México
En el caso de México, yo creo que algo sí pasó, y pasó fortísimo, el Movimiento #YoSoy132, es un hecho fortuito, que va Peña Nieto a la Ibero, se echa un discurso, pero comete varios errores: lleva gente acarreada del Estado de México, entonces llenan las primeras filas del auditorio, los chavos se dan cuenta y se molestan mucho por eso, luego les ponen vigilancia para que no entren con mantas, se enojan todavía más; el tema era Atenco, pero toda la conferencia de Peña Nieto es tranquila, se lleva sin ningún problema, hasta el final, cuando comienzan a gritar “Atenco” algunos cuantos, entonces ahí, Peña Nieto se regresa y les dice: “Efectivamente, Atenco, yo cumplí mi responsabilidad como gobernador” y algo así como: no me arrepiento. Causa una reacción increíble, causa mucha molestia, empieza a correrse la voz de lo que había dicho, comienzan a gritarle, a Peña Nieto lo llevan por una ruta que yo creo que estuvo muy mal, hacia donde está la estación de radio, pero quiere ir al baño, el baño que está ahí está descompuesto, tiene que ir al que está a dos, tres pisos, y en ese trayecto la gente comienza a enfurecerse.
Entonces, como no puede llegar a dar la entrevista en radio, el Estado Mayor le dice: ya vámonos, se queda Pedro Joaquín Coldwell a dar la entrevista, ahí dice que no son estudiantes, que son provocadores, al día siguiente, un grupo de chavos, un chavo particularmente enojado, comienza a pedir que pongan su credencial, muestran su credencial y decir que sí son estudiantes de la Ibero, para poder sacarlo en Youtube cierran la cosa en 131, a nadie se le ocurrió que ése iba a ser el lema, simplemente se juntaron 131. Al día siguiente comienza la gente a adherirse, por las redes, se adhieren y entonces ya Yo Soy 132, pero tú ves una situación en la cual es un movimiento totalmente espontáneo, generado por muchas torpezas del equipo de Peña Nieto, que desata la reacción.
¿Triunfo o fracaso?
El movimiento del 68 y #YoSoy132 son movimientos muy cercanos, creo yo, reconociendo que en un caso tienes una economía en crecimiento y en otro tienes una economía en decrecimiento, en uno tienes jóvenes que saben que se van a emplear y en el otro tienes jóvenes que no tienen esa certeza, que lo único que les espera es el desempleo, y eso hace una gran diferencia.
¿Qué tienen en común? Uno, son dos movimientos, esencialmente, estudiantiles, que no están con una agenda estudiantil o universitaria, sino que su agenda es completamente externa a la universidad, entonces la pregunta es ¿por qué lo hacen?, en buena medida porque están asumiéndose como una expresión de los reclamos de la sociedad y las demandas que ponen, en el 68, no las del pliego petitorio, la demanda central del 68 es: basta de presidencialismo desatado, y eso lo expresan en ironías y en bromas a Díaz Ordaz y todo eso.
La demanda del #YoSoy132, me parece, fue: basta de una democracia simulada, queremos una democracia real, claro, la enfocan de una manera notable, con astucia, la enfocan a los medios de comunicación. Ahora, si tú agarras el movimiento del 68, en noviembre del 68 y te preguntas, ¿es un movimiento que triunfó o fracasó?, yo diría, fracasó, terminamos con muertos, dispersos… se acabó. Ahora, si tú agarras el 68 y piensas 10 años después, en 1978, y te preguntas lo mismo, la respuesta es distinta, ¿el movimiento fracasó? No, porque generó una generación de personas que empezaron a actuar en todos los ámbitos, en el movimiento campesino, en el estudiantil, en el obrero, en el cultural, con un impacto increíble.
Acerca de #YoSoy132, ¿triunfó o fracasó? Bueno, ganó Peña Nieto, no lograron en agosto la reforma de los medios de comunicación, si lo ves desde ahí, no ganaron; y aquí retomo lo que está ocurriendo en Egipto, si tú ves lo que está ocurriendo el movimiento de esas juventudes y lo analizas en el momento en que cae Mubarak, entonces es un movimiento que ganó, si tú lo dices ahorita, no tendrías la misma respuesta.
Entonces, los movimientos tienen un impacto en el momento y un impacto retardado, desde dónde los vas a considerar. Tenemos que estar muy atentos a todas estas expresiones, en el caso de México, darle seguimiento a todos los acuerdos que se puedan dar.
Desde la izquierda
Para mí, desde la izquierda, ¿qué es lo que resaltas desde esa posición?, el discurso de la izquierda es un discurso que asume la singularidad de cada individuo, que quiere ser diferente, tener su propio espacio de desarrollo y la reciprocidad, es decir, la solidaridad, la capacidad de actuar en conjunto, es una manera de vincular el concepto de libertad con el concepto de justicia, no justicia como algo en donde retribuyes a la gente que está más pobre, por ejemplo, no es justicia porque haya una manera de juzgar a todos por igual, yo pienso que es una justicia que está en contra de los privilegios, de todos los privilegios, y ése es para mí el discurso central de un discurso de izquierda, estar en contra de todos los privilegios, incluyendo los mismos privilegios que la izquierda ha tenido.
Foto: Gilberto Barrón




