Hemos conocido importantes noticias sobre las inversiones que están haciendo el Gobierno del Estado y el gobierno municipal de Aguascalientes en el presente año; se han anunciado, por ejemplo, mil millones de pesos para el desarrollo del campo, que podrían crecer un 50 por ciento más, que se aplicarían en la entrega de diversos apoyos, como son los activos productivos, semillas mejoradas, asistencia técnica, etc. El gobierno municipal de Aguascalientes también ha anunciado sus actividades en las comunidades rurales, como son la creación de tortillerías, de salones de belleza, de cibercafés, de loncherías, etc.
A los apoyos anteriores se añaden otros como los préstamos de los fondos productivos, los materiales de construcción, los bienes alimenticios, las becas escolares y laborales, los energéticos para la producción, etc., que sumados conforman altas cantidades de recursos presupuestales y fiscales.
Hoy en día la tendencia de las políticas públicas, instrumentadas en los gobiernos de todos los partidos políticos, es la de transformar las políticas asistencialistas en políticas de construcción de capital social, aunque no todos los gobiernos avanzan por igual.
Es importante observar las diferencias entre unas y otras políticas; cuando un gobierno entrega los apoyos así sin más nada, aunque sea en eventos ruidosos y altamente publicitados, el efecto de los recursos invertidos prácticamente se diluye y se pierde. Se pierde no porque se haya ayudado a la gente, lo cual como primer nivel de acción pública es necesario realizar y no dejar abandonada a la gente; se pierde porque la potencialidad del recurso queda desperdiciada.
En este análisis es necesario preguntarnos sin temor a conocer lo que sucede con la gente después de que se hace la entrega de determinado apoyo, cuál es el alcance que tiene la entrega de una despensa, de un paquete de láminas, del recurso de Procampo, de la beca escolar y laboral, del bordo construido, del sistema de riego, del tractor o sembradora, de los vientres de bovinos, de los energéticos de luz y diesel, etc.; repito, para dejar en claro que la mera entrega de estos apoyos ya es un paso importante para nuestro desarrollo social y económico; sin embargo, también es necesario dejar en claro que este paso no es suficiente para lograr los objetivos de desarrollo, y que cuando aquí se quedan, el riesgo es lo señalado arriba, que dejen a la gente en el ámbito de la dependencia y de la pasividad.
El asistencialismo consiste precisamente en que los apoyos gubernamentales no tengan más alcance que el de dar ese primer paso de efectuar su entrega a la gente, y, posteriormente, los programas no incluyen otros pasos y acciones; cuando los gobernantes tienen en mente que con estas “entregas” es suficiente y ya cumplieron, entonces los efectos que observamos consisten en seguir viendo a la gente sentada en las bancas de los parques en los días laborables, o a discapacitados pidiendo limosna en la calle Juárez del centro de la ciudad de Aguascalientes, o yendo a las oficinas de los diputados a seguir solicitando los apoyos, o acudiendo a las oficinas de los partidos políticos para que se les ponga más atención porque ya se les terminaron los apoyos, etc., etc.
Es importante observar que el asistencialismo mantiene a la población en calidad de pobreza, en subordinaciones gubernamentales y partidistas, en la marginalidad política, económica y social, en fin, en el subdesarrollo; en nuestra historia está ya probado que el asistencialismo no se constituye en capital social, y, por lo tanto, mantiene a las comunidades y sociedades en su mismo “estatus”.
El concepto actual de capital social abarca otros capitales, como son el económico, el humano, el educativo, el de salud, el de los recursos naturales; el capital social puede ser individual, o grupal, o comunitario, y también es productivo, es decir, también genera beneficios para quien o quienes lo tienen, beneficios económicos y sociales.
Las comunidades y sociedades desarrolladas cuentan con importantes activos de capital social; las comunidades y sociedades pobres y atrasadas no han construido y desarrollado el capital social. Los gobiernos son las principales instituciones de la sociedad que tienen la responsabilidad de construir y desarrollar el capital social en la población a través de las políticas públicas; uno de los elementos básicos en la construcción del capital social es la asociatividad de las personas para formar grupos, fomentando la confianza entre las personas, la solidaridad, la reciprocidad, y la participación. Un indicador de capital social de una sociedad es si la gente vive aislada o vive asociada y organizada.
Otro elemento básico de construcción de capital social con las políticas públicas, es el de la formación e integración de los grupos en las redes sociales; las redes sociales permiten el intercambio diverso entre los grupos participantes, también en un espíritu de confianza, reciprocidad, participación, etc. Aquí encontramos las cadenas productivas y cadenas comerciales, en las que los productores desde el inicio del ciclo económico saben qué va a pasar con su producto, quiénes serán sus proveedores, quiénes sus comercializadores, qué rentabilidad tendrán, etc.
Un factor clave para el éxito de las redes sociales es su institucionalización y su sustentabilidad; su construcción no es de temporalidades, ya sea porque es año electoral, o porque el servidor público determinado busca ser candidato en la siguiente elección, o el partido político en el determinado gobierno cultiva su clientela. La construcción de las redes sociales requiere de servidores públicos comprometidos no sólo con su partido político –lo cual no tiene por qué estar reñido, ya que trabajan proyectos de sociedad y de gobierno- sino también con el desarrollo y la liberación de la gente: es como cuando el pajarito enseña a volar a su crío y cuando éste ya aprende lo deja libre.
Es importante revisar cuál está siendo el sentido de las políticas públicas y de los programas económicos y sociales de gobierno; no para descalificar lo que estén haciendo tanto el Gobierno del Estado como los gobiernos municipales, sino para que en caso de que se estén quedando algunos programas todavía en el primer momento de la entrega, puedan trabajar para dar los pasos siguientes, y de este modo, no sólo la pobreza se supere, sino que la sociedad pueda elevar su calidad de vida en general.