Para quienes nos gusta el cine y lo frecuentamos con cierta periodicidad no es una novedad que después de los grandes estrenos del verano y antes de los medianos estrenos del invierno, las carteleras se llenan de todas esas cintas categoría B —que no clasificación B— aquellas que se estrenaron el año anterior en los Estados Unidos pero que han sido relegadas en nuestro país para priorizar la exposición de aquellas que implican más ganancias para los dueños de los cines. Pero de vez en cuando estos filmes no espectaculares, ni de inversiones millonarias, traen consigo agradables sorpresas para las audiencias y resultan un placer mayor que aquel que muchos blockbusters terminan ofreciéndonos, tal es el caso de Mentiras mortales (otra vez un título que no le va para nada a la cinta cuyo nombre original es Arbritrage, un término que se refiere más a transacciones financieras).
Este largometraje, el primero como tal para el director Nicholas Jarecki, al inicio parece ser un drama del tipo de Wall Street, pero, en realidad, termina siendo un thriller muy bien planteado que nos demuestra que no son necesarios los millones de dólares en efectos especiales y CGI para mantener al espectador con el estómago enrollado y el alma en un hilo. Es una película inteligente que te atrapa de tal forma —aunque los recovecos del alto mundo financiero y sus términos no nos sean familiares— que por momentos olvidas que estás en una sala de cine y cuando termina, te das cuenta de que por momentos estabas conteniendo el aliento.
Al inicio del filme conocemos a Robert Miller —millonario, triunfador y exitoso gurú financiero— en un viaje de negocios, pronto nos damos cuenta de que está en serios problemas pues necesita cerrar, con urgencia, la venta de su compañía antes de que se descubra que ha malversado algunos fondos. Pronto también conocemos al Robert Miller hombre de familia: padre, esposo y abuelo ejemplar, querido y admirado por todos como un hombre íntegro e intachable. Finalmente, otro Robert Miller se introduce ante nosotros, el mujeriego, el que a pesar de tener una familia que lo ama, tiene a una joven amante esperándolo en un lujoso departamento. Todos estos Roberts se funden en la persona de un mismo actor, Richard Gere, quien representa a un hombre que transita fácil y cómodamente entre sus distintos mundos, los cuales están a punto de chocar entre ellos.
Sé que el personaje de Gere es el típico villano de la historia, pero es difícil no ser capturada por la personalidad y carisma que exuda, y cuando ese choque del que les hablaba ocurre, por momentos el espectador se encuentra buscando razones para justificar, apoyar y hasta defender las acciones del protagonista.
La cinta está tan bien desarrollada que es difícil verla en blanco y negro —conste que me refiero a los parámetros morales de bien y mal, no a la técnica de cine— pues nos permite percibir todos los tonos de “grises” que se nos presentan a todo los seres humanos. Los personajes de este filme tienen esa característica que lo hacen tan creíble y cercano para la audiencia, pueden actuar mal con buenas intenciones o hacer cosas terribles con una motivación legítima.
Aunque Mentiras mortales no es un largometraje de giros inesperados, pues tiene una coherencia muy bien planteada y llevada a cabo con un excelente ritmo, y tampoco es uno de esos que te hace adivinar el final desde los primeros cinco minutos, no me gustaría ahondar en la trama pues podría arruinarles la experiencia, así que me limitaré a decirles que, además de los problemas económicos de nuestro héroe/villano, ocurre un crimen, hay una investigación policiaca, enfrentamientos y manipulación de abogados, traiciones, desilusiones y muestras de lealtad; un inocente que lucha por comprobar su inocencia y un culpable que desesperadamente intenta evitar ser condenado…interesante ¿verdad?
Será la primera película que Jarecki dirige, pero su manejo del ritmo, con el uso de música, actuación y edición es sobresaliente, pues, como les decía, sin grandes efectos ni otro tipo de recursos millonarios a los que generalmente se acude para crear tensión, logra mantenernos pendientes de cada detalle y sentados al borde del asiento.
Mentiras Mortales es una de esas cintas que te hacen querer que el villano se salga con la suya, que a los defensores de la ley les den su merecido y en las que terminas preguntándote y preguntándoles a tus acompañantes “¿Tú qué harías?”, además, es de las películas que nos proporcionan un buen rato de conversación para la sobremesa ¿qué más podemos pedir por el precio de un boleto?
Productor: Laura Bickford, Kevin Turen, Justin Nappi y Robert Salerno; Director y guionista: Nicholas Jarecki; Fotografía: Yorick Le Saux; Edición: Douglas Crise; Música: Cliff Martinez; elenco: Richard Gere, Susan Sarandon, Tim Roth, Brit Marling, Laetitia Casta, Nate Parker y Graydon Carter; Duración: 1 hora 50 minutos.




