Marte necesita mamás, por eso los marcianos
se las están robando de la tierra para que críen a sus hijos allá
Gribble, personaje de Marte necesita mamás (Disney, 2011)
Hoy es día de las madres. Felicidades a todas. Otro año de festejos. Si se supone que nace una persona cada segundo en el mundo, todos los días con sus minutos y segundos deberían ser bautizados como de las madres, pero no, dejamos este rato para entre otras cosas hacer uso de la mercadotecnia y del fin de semana que para muchos es quincena y fin de la feria, así que a festejar.
Tengo la impresión de que el tema de recordar a las madres ha ido evolucionando dramáticamente. Hoy ser madre, casi es un delito. Es más, a la que es madre jefa de familia, hasta le damos su apoyo para que le hagamos notar que es una idiota buena para nada. En fin, la maternidad ha pasado de moda, decayendo incluso en hacer notar que quien se decide a ser ama de casa, es una fracasada de la vida. Hoy las reinas exitosas son las que salen a trabajar y muchas veces a costa incluso de su propia dignidad consiguen el éxito. Es una carrera cansada esto de perseguirlo, pero es cierto: para la sociedad lo único que vale es el éxito reflejado en dinero.
A las mamás nadie les paga, son multiusos y saben de muchas materias, hasta quiropráctica e hipnotismo, son toda una serie de profesiones y oficios que duran toda la vida. No he conocido carrera más longeva y completa que la de ser madre.
En términos llanos, según la Enadid 2009 (Encuesta Nacional sobre la Dinámica Geográfica) resulta que las mujeres tienen hasta 2.3 hijos en su vida fértil, por eso les digo que la sociedad las odia, porque en efecto no son una máquina de hacer niños, pero tampoco son una máquina de no hacerlos. Tan mal está catalogar a la mujer de máquinas de maternidad, como de máquinas trabajadoras. La sociedad nos obliga a que cada vez las madres sean menos solicitadas, como si los ciudadanos existentes hubieran nacido por generación espontánea. Es tan repudiada esta virtud de ser mamá, que hasta hay formas de evitarlo con los anticonceptivos, aunque ello implique serias afectaciones fisiológicas a las mujeres. Por la parte del aborto, no lo menciono un anticonceptivo, porque de hecho el aborto no te desembaraza, te convierte en la madre de un niño muerto. El aborto es el engaño más brutal a la maternidad, es hacerle pensar una mentira hasta convencerse de ello, y vivir de ese modo: pragmático, donde ser madre es prescindible y las personas que nos estorban para nuestro “autodesarrollo” también lo son.
Por el lado de las estructuras mentales y sociales, también se le cierran las puertas a las mamás: patrones que corren a sus empleadas por estar embarazadas o que simplemente no contratan mujeres “por el peligro que tienen de embarazarse” como si el embarazo fuera cosa de una persona o una enfermedad; casas miniatura para los más pobres; trabajos mal pagados; pobreza que obliga a muchas mujeres a tener bajos niveles de educación y de acceso a su desarrollo personal, son entre otros muchos factores que han orillado a pensar a las nuevas generaciones, que no se debe ser madre.
Me recuerdo dos películas. La primera se llama La sonrisa de Monalisa aquélla con Julia Roberts en que fungía como una maestra liberal en los 60, y que en una escena le reprocha a una de sus alumnas que haya decidido casarse y dedicarse al matrimonio. Es una lástima estas radicalidades: queda claro el tema profesional y de autorrealización femenina, lo que no implica que en un momento no pueda también decidirse a dedicarse a su casa y a sus hijos o hacer una estratégica combinación de mujer, familia y trabajo.
La otra película, es de caricaturas y se llama Marte necesita mamás título de mi comentario. Es una película en que unos extraterrestres están robándose a las mamás de la tierra para que eduquen a sus hijos. En ella, se roban a la mamá de un niño quien se va en la misma nave en que llevan a su madre para rescatarla. Es un buen ejemplo de la solidaridad: cuántos de nosotros deberemos ir en un futuro cercano, al rescate de nuestros padres ante la vejez, para regresar un poco de los cuidados que recibimos cuando niños.
Una sociedad y una serie de conductas públicas y políticas que provienen de medidas internacionales, son las que han hecho creer que la maternidad y las mamás estorban, no son necesarias y será mejor irlas extinguiendo. No juzguemos a quienes no han decidido serlo o que sus aspiraciones están en otra parte, en el ámbito profesional, social, político, empresarial, académico, vocacional, etcétera. Pero tampoco juzguemos a quienes por sus propias convicciones han querido asumir la labor social más importante de la sociedad, porque si en los hijos se encuentran los ciudadanos del futuro, en sus madres encontramos a sus principales y más importantes maestras desde que esos ciudadanos se hallan en el vientre y que dictarán las normas, valores y aspectos sociales que los definirán toda la vida.
Todas las madres deberían, contrario a lo que se piensa, tener mayor acceso a espacios educativos y de desarrollo, porque sólo así, se les brindan herramientas consistentes para la crianza de ciudadanos más sociables y responsables.
La realidad es que desde que las mujeres han estado abandonando esta vocación de la maternidad, es que la sociedad ha entrado en un bache tal, que hasta los gobiernos creen en esas políticas autodestructivas del aborto y otras que ponen en peligro la dignidad de la mujer y sus derechos fundamentales. La otra gran realidad, es que Marte no necesita mamás, donde verdaderamente urgen, es en nuestro planeta.
Felicidades a todas quienes han asumido su vocación sin perder de vista sus propias aspiraciones, a aquéllas que se sientan a hacer la tarea con sus hijos y que tienen la misión de criar una familia, no importa que el mundo esté en su contra, ustedes saben que son más necesarias que nada. No tengan miedo de asumir su compromiso, que no les asusten con campañas falsas y parciales: quienes no han sido felices o que han ido fracasando en la vida, quisieran que todos tuviéramos la misma suerte.
¡Feliz día de las madres felices!
@comandanteserra
