Fue el lunes 23 de julio de 1984, lo recuerdo con una nítida claridad, acudí por la tarde a una cita que tenía concertada con el señor José Dávila Rodríguez, director de lo que en ese momento era Radio Casa de la Cultura y fundador de la radio cultural en Aguascalientes.
Así inicié en radio, lógicamente mis inicios eran inciertos en ese momento, yo no tenía muy claro lo que quería hacer en las ondas hertzianas y mucho menos tenía contemplada la posibilidad de dedicarme de manera profesional a esta actividad, me gustaba la música, tenía una veintena de buenos discos y se me presentaba la posibilidad de hacer un programa de radio, para mí era un extraordinario pasatiempo pero nada más, no pasó mucho tiempo antes de darme cuenta que esto se convertiría en un mi proyecto de vida.
Aquella tarde de julio llegué a la oficina del señor Dávila conforme lo habíamos acordado en una reunión familiar el sábado 21 de ese mes, su esposa era hermana de una prima política mía y más de una vez coincidimos en estas tertulias familiares, en esa ocasión yo platicaba con alguien sobre música, él escuchó la conversación y me preguntó por mis gustos musicales, la conversación inevitablemente giró en torno a este tema, y recuerdo que me dijo que me esperaba el lunes en la tarde en su oficina a ver qué podemos hacer. Me pidió que llevara un guión radiofónico para grabar algo además de hacer un ejercicio de improvisación. Evidentemente yo no tenía la menor idea de lo que era un guión radiofónico pero no me atreví a preguntar, así que durante el domingo 22 de julio me puse a redactar eso que yo suponía que era un guión para un programa de radio.
Me puse a escribir sobre uno de mis grupos de rock favoritos, The Doors, recuerdo que inicié el presunto guión con la parte final del poema The End de Jim Morrison con el que termina la canción de poco más de 11 minutos de duración y que aparece en su primera producción, un disco homónimo que sin duda debe ser considerado entre los mejores discos en la historia del rock.
Mi guión de radio iniciaba con la parte final del poema, una tonadilla de despedida de Jim Morrison a Tandy Martin, un amor de adolescencia: “This is the end, beautiful friend. This is the end, my only friend, the end. It hurts to set you free but I know you’ll never follow me. The end of laughter and soft lies. The end of night we try to die. This is the end” (Este es el fin, Hermosa amiga, este es el fin, mi única amiga, el fin. Me duele dejarte libre pero sé que nunca me seguirás, es el fin de las risas y las dulces mentiras, es el fin de las noches en que procuramos morir. Este es el fin). Así, con este melancólico texto iniciaba lo que no tardaría en ser mi primer programa de radio.
El señor Dávila, acompañado por Concho, su brazo derecho, me veía de frente con los brazos cruzados como un moderno Torquemada, yo me sentía verdaderamente intimidado con esa mirada inquisidora y estaba literalmente temblando de nervios, recuerdo que sudaba copiosamente.
Grabé un par de tomas y cuando terminé me dijo: “Estás bien pendejo, pero tienes algo, vamos a ver, me gustó más la primera, se escucha más honesta”. Recuerdo aquellas palabras de memoria y le pidió a Concho que hiciera la edición. Me sorprendió, eso lo recuerdo muy bien, cómo se modifica el texto, cómo se acentúan las intenciones con un buen trabajo de edición. Concho, con toda su sapiencia en el oficio, usó la guitarra introductoria de la canción “The End” para fondear el texto que yo acababa de grabar, justo cuando yo terminaba, entraba la voz de barítono del Rey Lagarto. La verdad yo quedé fascinado con el trabajo de Concho.
Estuve grabando todo el resto de ese año, -te recuerdo, estamos en 1984-, y finalmente en febrero de 1985 el programa entró al aire en un horario de lunes, miércoles y viernes a las 11:00 de la mañana y con repetición los martes, jueves y sábados a las 16:00 horas. El señor Dávila le puso el nombre, se llamaría El rock y sus intérpretes, ese fue mi primer programa de radio y ahí inició todo, ahí descubrí mi verdadera vocación y mi pasión por este maravilloso trabajo en donde yo podría externar mi irreprimible pasión por la música en un medio que desde el primer momento me había seducido. Ya no tenía la menor duda, me quería dedicar a esto, esto de lo que actualmente como y que es mi único y verdadero proyecto de vida.
En julio de 1985, con motivo del décimo quinto aniversario luctuoso de Jim Morrison, David García (q.e.p.d.), otro de mis maestros en la radio nos invitó a Lalo Valtierra y a un servidor para hacer un especial de The Doors, fue el sábado 5 de julio de 1985, el programa duró como 4 horas hasta que nos cansamos. Nos fue muy bien y decidimos, con la autorización de José Dávila, hacerlo cada sábado de 22:00 a 24:00 horas en vivo, se llamó En el aire y lo hicimos durante poco más de 8 años.
Así inicié, estos son mis orígenes, y ahora que acabo de cumplir 35 años ininterrumpidos de hacer radio, siempre en la radio cultural, gracias a Dios, quise compartir contigo estos recuerdos.
