Children are innocent
And teenagers fucked up in the head
Adults are only more fucked up
And elderlies are like children…
Pets – Porno for Pyros
En nuestro país, las fuerzas armadas acumulan el suficiente poder como para encargarse, al mismo tiempo, de proyectos civiles, como la construcción de refinerías, trenes, aeropuertos; o de actividades administrativas, como la operación de aduanas, de la aeronáutica civil; o de acciones en la política de salud, como las campañas de vacunación; o de tareas de seguridad pública y prevención del delito, con la milicia castrense federal conocida como Guardia Nacional.
Con el cúmulo de responsabilidades civiles que ahora son operadas por las fuerzas armadas, se les concede también un poder económico importante, implícito en los presupuestos y la operación financiera a la que las propias fuerzas armadas tienen acceso. Es previsible que ese poder administrativo y económico derive en un poder político que debe ser regulado y fiscalizado en cualquier gobierno democrático.
Por eso, las declaraciones del Secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, realizadas en una de las conferencias de prensa del presidente en la que el militar afirmó que el Poder Judicial es un enemigo, deben de encender todas las alertas. Nunca, en la historia reciente del país, las fuerzas armadas que representan al Estado Mexicano, se habían metido a una campaña contra uno de los poderes que hacen contrapeso al ejecutivo.
Para el ejecutivo federal, existe un solo campo semántico dedicado a quienes no ven la realidad del mismo modo que él: el de los adversarios, los enemigos. Ahí coexisten desde los ambientalistas que buscan la promoción de energías limpias, las asociaciones feministas, los colectivos de víctimas de la delincuencia, las agrupaciones de familiares de enfermos, los periodistas críticos, los partidos que no van en alianza con Morena, los organismos autónomos, y los poderes del estado que no son el propio ejecutivo.
Si desde la voz de un estamento militar, el Poder Judicial ya fue catalogado en ese campo semántico ¿qué le puede esperar a los grupos e individuos civiles que no concuerdan ni con la percepción de la realidad ni con las acciones del presidente? El uso de la palabra, dicha desde un estamento de poder, tiene repercusiones públicas. Si, por ejemplo, el titular de ejecutivo afirma -desde los medios públicos que usa para su propaganda personal- que se va a meter en la elección, son declaraciones imputables.
No está de más traer a cuento la penosa anécdota protagonizada por Donald Trump antes de dejar el poder, cuando –desde la tribuna de su autoridad presidencial- azuzó a sus fieles a reventar el proceso electoral de su país, lo que dejó un saldo de sangre y de ingobernabilidad. En esa anécdota, los demás poderes del Estado pudieron hacer contrapeso efectivo, y no se comprometió la lealtad de las fuerzas armadas, dado que éstas no privilegiaron el apoyo a la persona sobre las instituciones.
En la novela de George Orwell, Rebelión en la Granja, el cerdo Napoleón llega al poder por una vía más o menos democrática, pero al instalarse comienza una gradual trasformación hacia el autoritarismo. Cuando los demás animales comienzan a cuestionar esa autocracia, Napoleón se sirve de una camada de perros cuidados y alimentados por él, para amedrentar a sus opositores.
Nuestro país requiere de trasformaciones, es un hecho. También es un hecho que el crimen y la corrupción deben combatirse y erradicarse. Otro hecho es que gobiernos del pasado fueron permisivos y beneficiarios de esa corrupción. Pero ninguno de estos hechos justifica entronizar en el poder autocrático a nadie, y menos con un poder militar tan exacerbado que ponga en riesgo a la democracia y a la República.
@_alan_santacruz
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