Los mexicanos hemos llegado a un punto de no retorno en la vida diaria de nuestro país. Hoy la sociedad exige que se hable con la verdad y que se hable claramente sobre qué se va a hacer para resolver la problemática que por momentos se agrava sin que se reconozca lo que sucede.
Veamos. Por dos años se nos dijo que México sería ejemplo mundial de despegue económico, y que los graves errores de los “sexenios panistas” serían enmendados, sobre todo en materia de seguridad; ¿ y qué ha sucedido?, bueno, pues que ahora tenemos estados bañados en sangre -como Guerrero, Tamaulipas y Michoacán-, en donde la autoridad ha realizado acciones inéditas, como nombrar a un comisionado -hay que señalar que no existe esa figura en la constitución- y con poderes incluso sobre el mismo gobernador. Asimismo, se crearon, o permitieron que se generaran, figuras como las llamadas autodefensas, policías comunitarias y ahora algunos convertidos en policías rurales y sin control, al grado que han llegado a detener a grupos de policías, tanto estatales como federales, en comunidades alejadas. Y qué decir de la toma de autopistas. El colmo ha sido desquiciar a la Ciudad de México para poder extorsionar a las autoridades por parte de seudoprofesores, los cuales se han salido con la suya. A todo lo anterior hay que agregar el grave problema de la violencia creciente: los secuestros, extorsiones y desapariciones, que están al alza y que son más graves que en los sexenios que tanto critican.
Se dijo que con las reformas estructurales México despegaría a niveles nunca vistos y el primer año, por errores en la estrategia económica, “secaron” el mercado y tuvieron que reconocer a la baja a la fecha siete veces, pues en ninguna ocasión se ha cumplido el pronóstico anunciado por Hacienda en cuanto al crecimiento económico del país. Y no sólo eso sino que ahora la deuda externa e interna del país ha aumentado a niveles no vistos en 20 años, en su porcentaje contra el producto interno bruto -PIB-. El peso se ha visto devaluado al grado de llegar a 15.40 pesos por dólar. Si bien esto ayuda a algunas empresas exportadoras, la realidad es que perjudica de manera fuerte al país, pues importamos gasolina más que la que producimos lo mismo que diesel y gas. Igualmente la planta productiva está importando insumos que se reflejan en la balanza comercial, que es deficitaria para México, y esto se ve incrementado por la importación de bienes intermedios. Nos decían que sería una devaluación de unos días y ahora vemos que se agrava y que va para largo.
Se habló de una reforma fiscal para evitar que sólo unos cuantos paguen impuestos y simplificar el sistema fiscal y vemos que dicha reforma ha afectado el mercado interno de manera que la mayoría de las micro y pequeñas empresas están a punto de cerrar o bien están reduciendo su actividad al mínimo; la devolución del IVA, a favor de los contribuyentes, el que se les devuelva es poco menos que imposible, dejándolos descapitalizados. Esto ante la indiferencia de la autoridad.
Se habló y ofreció castigo a los corruptos y eliminar la impunidad, y ahora se busca que se hagan “investigaciones” a modo para poder evitar el cumplir con la ley y el compromiso moral ante la sociedad. Hoy se nos dice que hay 106 mexicanos en una lista del banco HSBC en Suiza, con cuentas que suman aproximada de 2,600 millones de dólares, que se supone sacaron del país y hasta que la prensa nacional e internacional presionó sobre el tema, las autoridades dijeron que se va a investigar la situación fiscal de los enlistados. Lo anterior en un país en el que es un delito el que un ciudadano sea revisado y traiga dinero en efectivo y el cual la autoridad revisora considere “extraña” la cantidad, y ahí comienza el calvario aún que el dinero sea producto de su trabajo. Ahora todos somos culpables hasta que demostremos lo contrario. ¡Vaya cosa!
La bolsa de valores ha estado a la baja, y se encuentra en niveles bajos históricos; esto es el reflejo de la realidad económica y de que los analistas ven a futuro riesgos innecesarios de correr. Pero el caso es: ¿Debemos informarnos por la prensa extranjera para conocer nuestra realidad? Indudablemente sería mejor que nuestras autoridades nos hablaran con la verdad y nos informaran cómo estamos y qué debemos hacer para resolver nuestros problemas, y que los impuestos que con tanto sacrificio pagamos no serán robados impunemente, como lo ha sido en los casos que estamos conociendo a través de la prensa y no, desgraciadamente, por la autoridad.
