- Una vez que la conciencia ha cubierto los requerimientos básicos; busca a través de los individuos la distinción, el crecimiento profesional y el éxito, mientras que dentro de las instituciones se enfoca en la productividad, calidad y resultados numéricos. En su vértice extremo se construye la arrogancia, rivalidad y el estatus.
Es oficial, hemos comenzado un nuevo ciclo de gobierno en el estado, ciclo en el que deberíamos obviar una radicalidad en su forma de actuar gracias a los contrastes partidistas que se dieron durante la campaña, pero que de ser así, significaría actuar en contra del desarrollo y avance que nos dejó el gobierno anterior, y al mismo tiempo significaría combatir un autoritarismo de imposición y favoritismos que vivimos durante 6 años. Entonces, ¿qué debería hacer el gobierno actual? Es simple, debería ofrecer un cambio de conciencia, una reconfiguración en el actuar de los políticos de siempre, de los gobiernos de toda la vida; debería principalmente eliminar aquellas malas prácticas que manchan nuestro estado; y entonces, los resultados numéricos de desarrollo llegarían por razón de la obviedad, y mejor aún, con una dispersión mucho más equitativa.
Aguascalientes sin duda alguna se encuentra situado en los estados del país que han podido consolidar un desarrollo favorable y una estabilidad en su calidad de vida. En 2015 el observatorio económico México, ¿cómo vamos? nos situó encabezando los indicadores de nivel de desarrollo con un crecimiento del 11.1 por ciento y una calificación de 95/100. El desarrollo de la industria metal-mecánica ha permitido decir que “en nuestro estado no hemos tenido tan malos gobiernos”; sin embargo también hemos llegado a la palestra nacional por casos de defraudación fiscal, desvió de recursos y enriquecimiento ilícito de algunos de nuestros gobernantes (varios de ellos que hoy ostentan cargos importantes). Por tanto, no podemos jactarnos de ser el non plus ultra de la democracia y el buen gobierno.
La historia de nuestros gobiernos se ha distinguido por esa contraposición de estos conceptos: corrupción y buen gobierno; poniendo en una balanza los aciertos de gobernabilidad contra las prácticas de quienes realizan acciones bajo los modelos de siempre, la falta de principios y las mismas corruptelas que nos hacen percibir que la única disputa entre los partidos, es por la conquista del poder; así hemos vivido en el estado aquel cambio tan anhelado que elección tras elección han prometido realizar.
Administración tras administración la decepción por el fracaso de la alternancia ha seguido presente en la sociedad; y así, con este desencanto… Carlos Lozano se despide nada más y nada menos que al viejo estilo de fiesta de pueblo: “echando la casa por la ventana” con la entrega de concesiones de taxis y notarías públicas para aquellos que mostraron voluntad en trabajar de la mano con el PRIISMO de su gobierno.
Esperemos entonces que Aguascalientes y sus ciudadanos comiencen a tomar conciencia de autoestima, logrando discernir entre lo bueno y lo malo que nos ofrece el gobierno en turno; aprendiendo a reconocer que para ser un estado ejemplar, no solo requerimos buenos números, sino aún más importante… buenas acciones.
@julio_sotomayor | /sotomayor.ags




