Restan 83 días para que termine este caótico (por decir lo menos) año 2020 y menos de 26 días para que el Instituto Estatal Electoral declare el inicio oficial del proceso electoral 2020-2021, en el que la ciudadanía hidrocálida tendrá la responsabilidad de renovar, a través de su voto, la mayor parte de las autoridades que toman las decisiones en nuestra entidad, me refiero a los 11 ayuntamientos que integran al Estado de Aguascalientes así como a la totalidad de diputadas y diputados que conforman nuestro Poder Legislativo local.
Y lo digo como responsabilidad ciudadana, porque si bien la elección es organizada por autoridades electorales diseñadas para tal fin desde nuestra Constitución Local, y considerando que los partidos políticos son responsables de postular a sus mejores cuadros que les garanticen los mejores resultados en la contienda por los 136 cargos en disputa, el verdadero protagonista de esta historia, llamada proceso electoral, es Usted, quien gentilmente lee estas líneas, junto con todas y cada una de las personas ciudadanas del Estado, que se erigen como el elemento esencial sin el cual no se puede entender la democracia en Aguascalientes, de ahí que subraye que dentro del proceso electoral ya inminente, el electorado adquiere una responsabilidad especial. Así debe verse, afrontarse y sobre todo actuarse.
Dentro de un contexto sin precedente, en el que la sociedad se encuentra como nunca dividida en dos bandos, entre conservadores y liberales, los que están a favor o están en contra, en el que es cada vez más difícil encontrar un punto en común, en el que pareciera que existe una mayor libertad de expresión pero en los hechos nos damos cuenta que la diversidad de voces y puntos de vista se resumen siempre en tonos claros y oscuros, ahí es donde la responsabilidad ciudadana frente a un proceso electoral cobra una relevancia mayúscula.
Los antecedentes inmediatos no son alentadores, venimos de procesos electorales en los que la participación ciudadana brilló por su ausencia. Un ejemplo: en el más reciente celebrado en Aguascalientes el año pasado, de cada 10 electores solamente acudieron a votar 4 y, específicamente en el caso de la capital, solo 3 de cada 10 acudieron a las urnas. Lamentabilísimo.
Por ello, ahora es más que necesario el involucramiento de todas y todos en la elección, no solo el primer domingo de junio; es necesario que reflexionemos el papel que como ciudadanía jugamos en un proceso electoral, superando la visión de ser simples electores y que nos enfundemos la de guardianes de la elección, que cuidemos desde nuestro ámbito que quienes están involucrados hagan bien su trabajo, revisar la actuación de las autoridades electorales, vigilar la conducta desplegada por los partidos políticos, analizar desde un principio las plataformas electorales y sobre todo contrastar su contenido con los discursos y promesas durante las campañas, denunciar situaciones ante la autoridad, promover en nuestro entorno el voto informado, el voto razonado, no por colores, no por nombres ni personajes, sino por un único motivo que debiera ser el punto en común que nos une a todas y a todos, que no es más que la obtención de un bien común: si le va bien al estado, nos va bien a todos, es lógica simple.
De parte de la autoridad tengan por seguro que tendremos una organización pulcra. Garantizaremos equidad en todas y cada una de las decisiones que se tomen en el Instituto Estatal Electoral, piso parejo pues, para todos los partidos, sus candidaturas y también para las candidaturas independientes, quienes gozarán de todas las garantías que la ley les concede, en pocas palabras: cierto estoy de que el árbitro desempeñará su papel de la manera más profesional posible.
Considero que es momento de reflexionar, desde el ámbito ciudadano, que necesitamos empoderarnos en todos los tramos del proceso electoral, hacerlo nuestro; maneras hay muchas: como integrante de la autoridad electoral en una consejería distrital o municipal, integrando alguna de las mesas directivas de las casillas electorales (si la insaculación que lleve a cabo el INE así lo determina), laborando en alguna de las oficinas de las autoridades electorales como asistente electoral, ejerciendo la observación electoral, figura a veces desdeñada que nos faculta para presenciar todas y cada una de las actividades que se llevan a cabo en las etapas que conforman al proceso electoral e incluso la posibilidad de emitir recomendaciones y sugerencias una vez concluida la elección o, la forma más sencilla de todas, siendo una ciudadana o un ciudadano consciente de ejercer esa cualidad.
Finalmente, el sistema está diseñado para la participación de todas y todas, a partir de la autovigilancia de tú (nuestra) elección. Informándonos de fuentes confiables sobre lo que acontece, promoviendo sin coaccionar el voto, denunciando si se es testigo de un hecho contrario a la norma. De los retos analizados en columnas anteriores, ni las autoridades, ni los partidos políticos tienen ante sí un panorama como el que se tiene desde la perspectiva ciudadana, como principal ejecutor y validador de la democracia. Vamos pues al inicio de este ciclo que prácticamente coincide con el inicio del año 2021, un año que se aprecia, a corta distancia, lleno de retos, entre elecciones y pandemia.
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