Muchos de nosotros estamos de vacaciones, con ánimo festivo y, en el puro espíritu navideño intentamos pasar un buen rato en familia, así que les sugeriré una excelente manera de hacerlo: un buen largometraje apto para grandes y pequeños. Un monstruo en París es una película animada sin otra pretensión que divertir a su audiencia.
Ésta no es una cinta salida de ninguna grande casa productora hollywoodense de animaciones, sino de la pequeña casa fílmica del director de esta cinta, Bibo Bergeron, todos -director, película y casa productora- de origen francés, pero no por ello menos merecedores de elogios.
Un monstruo en París no será competencia de las películas de Pixar, pero tampoco tiene mucho que pedirles, pues es una cinta hermosamente animada en la que el uso de los CGI son adecuados y cumplen su propósito de ambientarnos en el París de inicios del siglo XX.
Ahí comienza nuestra historia, en la capital de Francia durante la inundación de 1910, uno a uno nuestros protagonistas se van presentando, Emile, el tímido proyeccionista del cine local; Maud, la vendedora de boletos, quien al parecer ama en silencio a Emile y es igualmente correspondida; el simpático Raoul, quien es un mandadero con mucha iniciativa y algo así como un inventor en ciernes; Lucille la hermosa cantante del cabaret El pájaro raro y su tía Carlota a quienes no parece caerles muy bien el mandadero.
Por azares del destino, el par de amigos, Emile y Raoul, van a dar a los Jardines Botánicos, en donde se topan con un interesante laboratorio, el profesor está ausente y, a pesar de las advertencias de “no tocar” que les hace el Charles, el guardián, (un simpático mono narizón que les encantará a lo pequeños); Raoul no hace otra cosa que tocar, probar y romper todo lo que cae en sus manos, lo que trae como consecuencia la creación del esperado monstruo que le da nombre a la cinta.
De aquí en adelante todo se vuelve una persecución, aderezada con muy buena música, los amigos buscan al recién creado monstruo para regresarlo al laboratorio, las autoridades -encabezadas por Maynott, el comisionado de policía- quieren acabar con él para distraer al público de lo poco que se está haciendo para solucionar el problema de las inundaciones, Lucille y los clientes del cabaret lo buscan por su hermosa voz -así es, el monstruo canta y baila mejor que Justin Bieber- y la gente de París sólo quiere deshacerse de un engendro más que ronda sus calles para seguir viviendo en paz.
Esta película es una muy agradable cruza entre La bella y la bestia, El fantasma de la Ópera, Hulk y King Kong, pero es justo decir que la combinación funciona y ayuda a pasar un buen rato en familia, y, aunque los gags y muchos de los chistes con los que salpican el guión no provocan mucha reacción en la audiencia, el sentimiento general de los espectadores es de satisfacción a la hora de abandonar el cine.
Felices fiestas y próspero 2013.
Productor: Luc Besson; Director: Bibo Bergeron; Guión: Bibo Bergeron y Stéphane Kazandjian; Música: Matthieu Chedid; Voces en español: Romina Marroquín Payró, Raúl Anaya, Mario Arvizu; Duración: 1 hora y 30 minutos.




