El calendario avanza, en este por mucho sorpresivo año 2020, en medio de un cúmulo de crisis en el país (Covid, crisis económica, de seguridad, corrupción, desempleo, y un largo etcétera) nos acercamos cada vez más al inicio del proceso electoral 20-21, que a todas luces representa el más grande del que se tenga registro, con más de 21,000 cargos a renovarse, dentro de los cuales 15 gubernaturas estarán en juego, y por el que en Aguascalientes se renovarán los 11 Ayuntamientos que integran nuestro Estado, así como las 27 curules del H. Congreso del Estado.
Así, desde hace ya un par de meses, las baterías del Instituto Estatal Electoral, están puestas en el inicio de la elección local referida, pactado para la primera semana del mes de noviembre, es decir, menos de 40 días para que jurídicamente se emita la declaratoria oficial de los actos preparatorios de la jornada electoral.
A lo largo de mi trayectoria como funcionario electoral, he tenido la fortuna de haber intervenido en la organización de los últimos 6 procesos electorales locales y en retrospectiva, puedo afirmar que un proceso electoral no puede compararse nunca a otro, cada uno tuvo en su momento elementos muy particulares que lo hace único y complejo, no existe por ende, un proceso electoral sencillo y otros tantos difíciles, y en concreto, el que estamos a punto de iniciar no se escapa de dicha afirmación.
A continuación trataré de enlistar, los retos que este proceso electoral nos presenta en el horizonte inmediato, para lo cual, me permitiría agruparlos en tres rubros, el primero desde la trinchera de las autoridades electorales, el segundo desde los partidos políticos y candidatos, y en un tercer y último rubro, de parte de los ciudadanos, que al final del día deben ser los protagonistas de toda contienda electoral. Por lo que en esta primera entrega describiré los retos más significativos desde el ámbito de la autoridad electoral.
Para las autoridades electorales los retos son múltiples, dentro de los cuales se evidencia un viejo conocido, y me refiero al abstencionismo. En esta ocasión, en un contexto de emergencia sanitaria, seguramente el ciudadano presentará mayor resistencia a aceptar la encomienda para integrar las mesas directivas de casilla, además de la complejidad para que una vez aceptado el nombramiento, se lleve a cabo una capacitación adecuada en medio de la contingencia sanitaria, que seguramente obligará que se busque preferentemente la capacitación a través de plataformas digitales para en lo posible evitar el contacto entre el capacitador electoral y el ciudadano; asimismo la implementación del modelo de casilla única también se presenta como un reto para la autoridad, si bien en este 2021 será la segunda vez que se utiliza en Aguascalientes tras su estreno en la entidad en 2018, no dejará de ser un tema que obligue a redoblar los esfuerzos de ambas instituciones.
Y es que la casilla única implica no solo el que el elector tenga dentro del mismo espacio urnas electorales de 2 naturalezas distintas, es decir, una federal (para la renovación de las diputaciones federales) y dos locales (para renovar ayuntamientos y diputaciones locales) sino, además, un reto organizativo y de fina conjunción entre dos autoridades electorales, una federal y otra estatal. Para ello deberán coordinarse de manera casi perfecta, para ponerse de acuerdo desde mucho tiempo antes de la jornada en aspectos que van desde el calendario de impresión de la documentación electoral, pasando por la integración de los paquetes electorales y concluyendo en la entrega conjunta de dichos paquetes a la ciudadanía que fungirá en la presidencia de las Mesas Directivas de Casilla el propio día de las elecciones.
De igual manera deberán organizarse por la coordinación en la asistencia electoral durante el primer domingo de junio del próximo año, porque ese día cada institución dispondrá de personal en la totalidad de las casillas que finalmente reciban la votación, asistiendo en todo momento a los funcionarios desde la instalación hasta su clausura y, en particular, durante el escrutinio y cómputo de los votos, así como también en la implementación de los mecanismos de recolección y traslado de los paquetes hacia los consejos distritales federales y estatales al término de la jornada, todo ello sin perder de modo alguno el control de los mismos, garantizando el debido procesamiento y difusión de los dos Programas de Resultados Electorales Preliminares, puesto que cada autoridad tendrá el propio.
Todo lo anterior, por supuesto que representa un reto institucional importante, es por ello que desde hace un par de semanas hemos celebrado reuniones de trabajo interinstitucional para definir y detallar el documento maestro que contiene las acciones que cada institución se compromete a llevar a cabo en pos de lograr el éxito en las tareas antes mencionadas porque, como se puede apreciar, la forma más eficiente de enfrentar tal desafío tal y como nos lo ha enseñado la experiencia, es el trabajo en equipo institucional.
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