- Los delincuentes no siempre son diagnosticados como enfermos mentales, señaló el Colegio de Psicólogos
- En crímenes de pederastia, por ejemplo, los responsables pocas veces son pedófilos
En opinión del presidente del Colegio de Psicólogos, Aurelio Israel Coronado Mares, la sobrepoblación de las cárceles, la escasa capacitación del personal y el propio sistema penitenciario reducen la efectividad a los tratamientos sicológicos que pudieran aplicarse a los internos, a fin de contribuir con su rehabilitación.
Si bien “cuando entramos a la cárcel no solamente se nos está privando de la libertad para tener un castigo, para resguardar a la sociedad o para hacerle justicia a la víctima, sino que también hay una ley terapéutica o rehabilitadora, lo que es muy diferente a que con eso se vaya a resolver el problema”; también aseguró que hay estudios científicos que sugieren la baja efectividad de las terapias en el interior de los centros penitenciarios.
Destacó que esta hipótesis tiene su origen en la relación que algunos expertos formulan -erróneamente- entre enfermedad y delincuencia, pues aunque hay enfermos mentales que cometen ilícitos, la mayoría de los delincuentes están libres de trastornos y son otras las condiciones que explican su comportamiento: “los enfermos mentales normalmente aparecen como víctimas debido a la insuficiencia de los servicios de salud mental, porque la cultura los estigmatiza y porque suelen ser dependientes de otras personas, pero esa misma estigmatización hace que pensemos en ellos como delincuentes”.
El especialista en criminología puso como ejemplo los crímenes sexuales contra menores de edad, para lo que hay que distinguir entre la pederastia y la pedofilia, “la primera refiere al acto sexual con niños y la segunda a la preferencia sexual exclusiva hacia los menores”. En ese sentido, explicó que la mayoría de los pederastas no son pedófilos, sus actos se deben a que tuvieron acceso fácil a las víctimas. Tampoco existe ninguna relación demostrada entre la homosexualidad y la pedofilia, que a menudo suelen confundirse.
“En Estados Unidos hay cárceles especializadas en pedófilos con tratamientos desde cognitivo-conductuales hasta castración química, pero también procedimientos humanistas para llegar al origen de sus acciones; sin embargo los reportes hablan de poca efectividad y un nivel de reincidencia muy alto. Tal vez la psicología deba pensar en otras variables sociales y culturales en torno a éste fenómeno.”
–¿Cómo reinsertar entonces a esas personas?
–Es una discusión muy compleja porque tiene que ver también con derechos humanos, algunos otros países aplican medidas que tienen que ver con monitoreo, es decir, restringir a pedófilos si reciben libertad condicional, se les prohíbe laborar cerca de donde hay niños y esto obviamente lo tienen que saber los empleadores. Se trata de restringir y cuidar la relación del delincuente con poblaciones vulnerables.
Coronado pidió no perder de vista que la reparación del daño de las víctimas, que es el eje del sistema de justicia, no tiene que ver con los derecho que tiene el inculpado.




