Escribo a nivel personal, desde mi conciencia social y como ciudadana y porque como artista y activista tomé el compromiso personal de apoyar y abogar por los derechos de todos sin importar raza, condición y todo aquello que nos distingue como individuos y que no debería separarnos como sociedad. Quiero expresar mi apoyo a la causa de las y los normalistas estudiantes respecto a los hechos de éstos últimos días. No me representa ningún partido, ningún color. Desde una comunidad no institucionalizada de artistas visuales, me atreví a externar lo que para la mayoría de nosotros es la realidad de los hechos y por otro lado, el trato que nos damos entre mexicanos que es deplorable.
Es fácil hablar desde la rabia, y decir tanta cosa que vaya hasta en contra de uno mismo, pero como sociedad nos están criando como borregos obedientes a base de frases hechas como “Tus derechos acaban donde comienzan los de los demás”, “nos están violando nuestros derechos”… y sarta de frases elaboradas que no tomamos en serio en nuestro diario proceder, hasta que se trata de uno mismo, de manera egocéntrica e indiferente. Somos borregos llevando orgullosos la camiseta, listos para gritar “goooooooool” y somos muy valientes activistas en facebook, pero la camisa de civilidad, congruencia y conciencia no la cargamos ni en defensa propia.
No todos en Aguascalientes estamos dormidos ni sometidos a un statu quo ilusorio. Ya que nos damos cuenta que se han criminalizado a los estudiantes y civiles que nos representan al sacar la cara por los muchos que no nos atrevemos a alzar la voz ante la degradación de la sociedad y el empoderamiento de las prácticas viles que buscan la cara de la política para legalizarse. En asuntos tan serios como la educación, es claro que los intereses económicos de algunos, nos dañan a todos sin excepción. Los Normalistas han levantado la voz como todos deberíamos hacer para reestructurarnos desde las bases que nos conforman. El trato que se nos da a la sociedad como estadísticas, mano de obra barata; nos hace una clasificación de gente separada del poder. Y el poder NO DEBERÍA encontrarse sólo en la política, ya que la realidad en la que vivimos la mayoría de nosotros, es a causa de su mal manejo y de que esté en manos de manipuladores de la verdad.
La realidad de una población creciente de desempleados, sin acceso a la educación, de racismo e intolerancia y con un exceso de circo, nos ha separado en vez de unirnos bajo la premisa “divide y vencerás”, y nos ha vuelto laxos hasta el punto de no sentir que seguimos con un pie ajeno al cuello. Así que no tenemos justificación, ni es nuestro derecho buscar quién nos la pague cuando los del poder o los que pueden, a diario “nos la hace”. Los grafitis y la manifestación por los que semejante condena se hizo, no están pintados con sangre humana, pero sí la contienen las frases con las que justificamos el derramamiento de sangre de los normalistas en pro de defender esos derechos que decimos que tenemos pero no ejercemos en bien del otro. La violencia reactiva por los oprimidos NUNCA tendrá comparativo con la violencia alevosa y ventajosa ejercida por el poder de puño ensangrentado y cabeza vacía. Se nos olvida cuando andábamos por las calles indignados por el gazolinazo, y ahora: ¿de qué lado estamos los aguascalentenses? ¿somos tan baratos para prestar nuestro apoyo a quienes no saben lo que es Justicia?. Ha sido la historia de nuestras vidas y no aprendemos de ella. Así que tenemos todos la obligación de informarnos, así sabríamos que los derechos y las obligaciones aplican para todos sin excepción, incluyendo a una sociedad dividida, clasista, racista e intolerante. No ha servido marchar solo vestidos de blanco y con velas. A estas alturas hace falta sacar algo más que las uñas, porque nos han rebasado por mucho lamer la bota de quien nos patea.
Solamente espero que podamos ser capaces de darnos cuenta de que comienza con cada uno el bien común, y qué éste debe retribuirse a quien lo otorga.
Atentamente
Carolina Ramírez Lomas
Pintora Indignada




