éxico se convirtió en el país miembro de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), con la más baja inversión pública en su sistema de pensiones, en un momento en que los esquemas privados de retiro, como en el que prevalece actualmente y que ha sido golpeado por la caída en los mercados financieros y la forma en que operan requiere ser modificada. El gasto del gobierno mexicano en pensiones fue equivalente a 1.3% del PIB, unos 150 mil millones de pesos al año, mientras el promedio para 30 naciones que pertenecen a la OCDE fue en el mismo periodo de 7.2%, indicó un informe del organismo.
Caro, inequitativo y excluyente, así se considera actualmente el sistema de pensiones en México, es preocupante que aparezcan infinidad de planes para el retiro que en lugar de proponer y construir un plan integral de seguridad social que incluya a la mayoría de la población, pueden distraer recursos y esfuerzos, sobre todo cuando tenemos un contexto donde el desempleo ha crecido en los últimos años y 60% de la población ocupada se ubica en el mercado informal, por lo que se debe pensar en mantener en algunos casos pensiones solidarias.
El 60% de los trabajadores que cotizan tanto al IMSS como al ISSSTE, pero en especial al IMSS no van a poder generar los recursos suficientes para su propia pensión, pero además del pasivo contingente o deuda implícita de los sistemas de pensiones, 75% corresponde a los trabajadores del estado, aún cuando en conjunto representan sólo 25% de los 16.5 millones de trabajadores formales registrados.
Las comisiones que cobran las administradores de fondos para el retiro (AFORES) son enormemente altas, en relación con la media mundial, ya que en relación con la media mundial y en relación al aporte total de los trabajadores, hablando de un promedio de 20% para países de América Latina, cuando en otras regiones se maneja menos del 1% anual.
La disparidad en el cobro de comisiones es atribuible que en México no se creó un sistema con la legislación adecuada, de manera que las AFORES les pusieron candados en el cobro de comisiones y se encontró que algunas administradoras cobran dobles comisiones: sobre flujo y sobre saldo y lo aplican mes con mes a los recursos que están administrando, lo que lógicamente va en detrimento de los trabajadores y sus ahorros. Para tener derecho a una pensión mínima, un trabajador tiene que cotizar actualmente 1200 semanas de vida laboral, lo que representa más del doble de lo que se requería con anterioridad.
Hay contradicción, si se toma en cuenta que cada vez hay menos estabilidad en el empleo y si un trabajador debe cotizar alrededor de 30 años ¿cómo podría hacerlo para acumular los recursos que le garanticen una pensión si continuamente sale del mercado formal de trabajo?.
En contraste, en México persisten sistemas de pensiones muy onerosas para el estado como el IMSS, Petróleos Mexicanos, CFE y otras entidades gubernamentales, ya que se jubilan con pensiones elevadísimas, al grado de que llegan a ganar más como jubilados que como trabajadores activos. No es posible que ciertos grupos de trabajadores concentren pensiones tan elevadas, por lo que se tiene que buscar un sistema más equitativo que garantice una mejor distribución de la riqueza para el conjunto de la sociedad.
Se debe construir un sistema de pensiones integral, universal con cobertura para quienes más lo necesitan, equitativo y viable, que no sea un lastre económico, sino que sirva como un complemento e insumo importante para el desarrollo del país. Por encima de las pensiones, los recursos para el sistema de salud resultaran dramáticamente insuficientes y las aportaciones de la población activa, a este rubro tendrán que incrementarse 24 veces, es decir, casi el 7% anual para financiar los gastos médicos del futuro.
Más de la mitad de los trabajadores desconocen el nuevo sistema de pensiones y 8 de cada 10 ignora cuánto aporta en forma bimestral a su cuenta de retiro.
En 1995 se reformo el sistema de seguridad social, reorientando los mecanismos entonces vigentes para la cobertura financiera del retiro de los trabajadores afiliados al IMSS hacia un sistema de pensiones de beneficio definido de trabajadores afiliados a dicho instituto, que operaba como un sistema de reparto, por un sistema de contribuciones definidas y cuentas individuales administradas por empresas de giro exclusivo denominado Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORES). La reforma al sistema de pensiones transformó los sistemas anteriores de reparto por un sistema basado en cuentas individuales, capitalizadas y financiadas con este sistema nuevo de pensiones, el gobierno pasó de participar con un 5% del total de cuotas a la seguridad social a uno de participación del 35%.
Los gobiernos emanados de las corrientes neoliberales desde Zedillo hasta el actual gobierno de ultraderecha han acabado con lo que se había conquistado después de la revolución en materia de seguridad social, ahora se convierten en saqueadores de lo único que tienen los trabajadores, su fuerza de trabajo, no han sabido defender sus derechos, toda vez que se pierden 4 pesos de cada 10 pesos del fondo de pensiones, que es un sistema privado, peor aún, porque ahora el Estado mexicano no aporta casi nada a un derecho que se ganó, producto de una lucha armada, donde se perdieron muchas vidas y costó al país consolidar un sistema social más justo, todo se está yendo a la basura por una dictadura que lo único que le interesa es el poder por el poder. Aún cuando los trabajadores que cotizan a la seguridad social, realizaron en mayo aportaciones a su fondo de pensiones por 10 mil 700 millones de pesos, el saldo neto sólo se incrementó en 7 mil millones de pesos, esto significa una pérdida de 37.4 % de los fondos aportados en el periodo, ¿dónde queda la millonada?, porque si los sumamos anualmente son billones de pesos, nos preguntamos, donde están, a quienes beneficia, la lógica es a la oligarquía financiera nacional e internacional, esto es un robo en despoblado en perjuicio de la clase trabajadora y es un crimen en lesa humanidad para un país como el nuestro inmerso en: la desigualdad social, la injusticia, la corrupción, la impunidad y un Estado Mexicano en franca descomposición.